miércoles, 26 de marzo de 2014

La casa de la Aurora



Cada día la casa me habla. La cocina es el lugar de los encuentros.
Primero pensé en m i madre quizás por el color verde. Ahora es la abuela quien aparece aquí sentada, en esta silla de enea… pelando patatas.
Era muy anciana cuando yo la conocí, pero mantenía la sonrisa, como una niña se alegraba por cualquier cosa, lo que más la gustaba era contar historias. Su preferida era la de los pájaros.
Cuando mis tatarabuelos llegaron a esta casa, las paredes estaban llenas de dibujos.            Sobre todo pájaros. Durante años convivieron con ellos se acostumbraron a su presencia.     Eran de colores como trozos de paraíso.
La habitación de  mi abuela estaba en el piso de arriba, junto a la cocina. Pasaba  horas encerrada… no quería ser molestada. Era su pequeño agujero de inspiración.
Un día la abuela me hizo partí fice de su secreto…
Durante años fue pintando en su habitación todos los dibujos que había en la casa. Como si de un libro se tratara fue ordenándolos por capítulos. Llenó las paredes con historias inspiradas en el  “Lenguaje de los Pájaros” de Farid Ud-Din-Attar.











En la entrada  hay seis vasijas grandes con asas. Contienen muchos secretos me dijo la abuela. Me ha recibido con un corazón blanco.
 



Camino de Mauritania...