jueves, 17 de noviembre de 2016

Encuentro con el bucle




¿Hacia donde vas?
¿Estás perdida? En el laberinto.
Abandonada. Sedienta. Ciega. Cansada.
Vaho de almendras para la princesa.
Dos aviones hacia el norte. Paralelos
Amantes universales sin rumbo en el cielo.
Dejan colas blancas de esperanza.
Alejándose se separan. Adiós.




Amor dormido
La visita inesperada del amor dormido.
Llegué a la alegría, salí a buscarte en los campos de olivos…
Allí entre simetrías de rojo tierra y verde hoja. Estabas…
Todo lo dormido despierta.
El sueño es un tránsito hacía ti.
Tú que estás dónde siempre entre olivos.
Tú que rompes las cadenas de mi alma encarcelada, amante de estrellas, soñador escondido.
Antes fuiste lo que ahora eres.
Amor dormido…
Descansas en cuevas de fertilidad acariciado por olas eternas de espuma blanca.
“Las olas” otra vez vuelven, sube la marea del amor dormido.
Olas de poesía. Tú y Virginia. Mis amores.
No compartimos cama. Somos  almas paralelas en el infinito cielo.
Juntas pero separadas. Tú estatua de pétalos rojos. Yo mujer con sombrero blanco.





La silla
Sentada en la silla del olvido, apenas un aliento de esperanza.
Pegada al destino.
Una corriente de aire fresco por mi espalda.
Soy tan tuya…
Ojos de luna amarga.
Hilo de cenizas. Siempre…
Junto a murallas centenarias espero el munkine.
Mi casa se arregla con la esperanza de encontrarte.




Unami.
Mi casa no es grande
 ni lujosa
 tiene sol y me tiene a mí.






El estramonio y la caracola
Juntos sin juntarse…
La caracola vivía en una terraza del baldosas modernas.
El estramonio llegó un viernes de oración envuelto en un plástico negro.
Tenía una flor abierta y tres en camino.
Ella le esperaba desde siempre en esa terraza de baldosas modernas.
Encuentros casuales, sin retórica.






Pasado
Un viernes de oración Alisenda fue besada en el callejón del estramonio.
Hoy presente se pregunta ¿por qué? No la llama ese ser que antes la besaba.
Destinos encontrados en las sombras, almas errantes.
¿Por qué huyes?






Tania
Tania seguía con el pecho lleno de lágrimas.
Hace dos días Mauro se presentó sin avisar en el puerto de Tania.
Él había rehecho su vida con la mujer que amaba compartían tres o cuatro noches a la semana.
Tania seguía amándole aún en el olvido. Quedaba la raíz de un amor mal entendido.
Eran amantes en el tiempo. Así será hasta el próximo viaje…Mauritania.





Et si tu n’existais pas
La vie deviendra tout petite.
Et si tu n’existais pas  mon cœur se batterai dans les dunes.
Espero que llegues en un barco a buscarme para pasear por las calles de Tanger.
Sentada en otra luna, un hombre me acariciaba el pecho con besos de pájaro.
Soy estatua de tu despertar.
La espera es calma, me gusta estar en el bucle.