Erase una vez dos príncipes separados por un
rio infinito.
Una distancia muy pesada apenas imperceptible,
llenaba sus vidas de seducción.
El rio les hablaba desde arriba. ¿Dónde estás
corazón estrangulado?
¿Por qué me has abandonado?
Pasaban los días buscándose sin sentido. ¿Por
qué no me llamas?
Su ausencia era larga. Su amor eterno.
Sentados en” tarbas”, entretenidos con
pantallas de colores, se deseaban sin tiempo.
Presente…
Tu existir me acompaña…
Somos los Príncipes del rio.
Amantes traslúcidos, transparentes, sin
presencia, sin tiempo.
Rodeados de albero, sal y olivo.
Wadi-Amar como te extraño en este día lluvioso
de encuentro.
El agua baña los espíritus.
La venta de la vida, el amor en venta.
¿Qué pasa? ¿Quién me abraza?
Un tren blanco se pasea por mi espalda.
Sueño que vuelo a los desiertos infinitos, con
tu ausencia me encojo.
Adiós mundo ensangrentado.
Bien venido al Wadi-Amar, lleno de mundo,
comida y sueños, lleno de ti y de mí.
Absurdo Universo convertido en niebla, absurdo
mirar de amantes estrangulados.
Tu mundo me inquieta
me
sujeta
me
absorbe
me
alivia
me
enamora
me
arropa
me
llama
desde
la lluvia.
Amor enmohecido sin sentido
sin alma
sin viento
sin alas
sin frontera
sin
parada
sin
asiento
sin
plato
sin comida
sin ti.
Wadi-Amar, sin amor.
Se despedían con besos en contra corriente. El
río estába alegre de recibirlos.
El sol extasiaba sus almas que de amor
lloraban.
El
calor…las nubes desaparecen, sus cuerpos emanan olas.
Duermen
juntos cada uno en su orilla. Son príncipes de sueños.
Rio de amor lleno de lágrimas. Rio de
príncipes lleno de besos.
Los príncipes se separan hasta el próximo
encuentro.
Volveré te lo prometo a tu orilla Wadi Amar.
Almas
gemelas atadas por los ombligos.
Un caminar sin camino me espera. Un andar sin
andadura. Estás sin estar. El amor es una fuerza que te
ata.
Son príncipes del mar con las alas rotas.
Sujetando el Mundo.
Están dormidos por las olas esperando una cita
envuelta en celofán rojo.
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