Reina se viste de novia.
Sentada en el tiempo imagina sus tardes como pétalos rojos
caídos del cielo.
Bocas separadas por los vientos del Atlántico, unidas por la
brisa nocturna envolvente.
Fiel a los lugares, sentada en el café Almanssia, pienso en los instantes de emoción
vividos a solas entre mesas redondas de formica blanca.
Ventanas de anonimato… muralla de piedra antigua. Gaviotas
errantes.
Gigante con las alas rotas…
Enamorado de una sirena Celta…llora su ausencia.
Su cuerpo pide amor al océano, cada día abre la puerta y
pregunta ¿Cuándo volverá?
Mi sirena del Norte. Levanta muros de piedras blancas en su
espera.
Como en una tragedia, los amantes sin amor se pierden en los
pasillos del tiempo.
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