Ismène era como un rio de agua dulce entre dos
mares.
Desde la muerte de su hermana Antígona vivía
sin piel.
“Círculos concéntricos en el laberinto”.
Frente a las olas con los pies desnudos, la
muerte desaparecía…
Caía el telón de un primer acto.
Llena de vida se alimentaba de la espuma…
Los encuentros con la amistad, las olas y los
gatos sujetaban la herida de su alma .
Era la última luna llena del año. Tenía que
colocar el recuerdo de Antígona en el
espacio de la memoria. Su muerte sería su renacimiento.
Ismène nunca entendió porque su madre
abrazando la tragedia, las bautizó con esos nombres.
Vivían con el espejo de la muerte.
Su
hermana Antígona y su novio murieron en un accidente de coche. Su madre para
espiar su culpa se suicidó meses más tarde.
Ismène estaba sin ancla, hasta el día que
decidió emprender el viaje.
El ritmo diario lo llenaba de encuentros
fortuitos.
Mariposa de flor en flor hasta alcanzar su
destino. Dos caminos.
“Solo el árbol resistía nuestro eterno fluir”
W. W.
Contigo conozco las profundidades,..
Ismène testaba la vida, abriendo los poros de
su piel al amor.
¿C’est là òu tu te caches?
Deja llorar tus ojos. Vida y muerte viven
juntas enamoradas.
Un nuevo día. Ismène se viste de blanco, amanecer
romántico.
Mañana empieza el viaje.
Llevada por el destino abandona la idea de la
muerte para vivir como un apretón de manos largo y cálido.
“en la cresta de una ola colocas un mar” Farid
ad Din Attar.
Así estaba Ismène dejando atrás el pretérito
pasado, haciendo frente al destino.
Vestía de negro. Todo principio es excitante.
Paciencia... la vida es como una caligrafía.
Tenía una cita con el Ángel de la lluvia. Todo
olía a mar.
Ismèmne era consciene que la vuelta atrás era
imposible.
Solo presente… mirando las estrellas.
Llegó a un ksar perdido del sesierto del
Sahara, envuelta en sus recuerdos.
Cansada dormió una eternidad. Lavó el pañuelo
de la cabeza y salió para encontrarse con él.
El desierto efímero la recibia con emoción
contenida.
Visitaba sus sueños que dormidos soportaban el
paso del tiempo.
Toda llamada a la oración reforzaba su
creencia.
Un todo aúrico la envolvia. Respiraba el silencio.
Las paredes caidas del ksar eran su casa.
Volaba por las esquinas del barro acompasado.
Último día del año, se regalaba con la
sorpresa.
Vviviría sin recuerdos. Un horizonte lleno de
amor la espera…
De repente, una carabana en el oasis de
dunas…camellos cargados con los avios del nómada.
Llegan los niños del ksar al bosque del abuelo
taraje. Son ángeles en su nueva vida.
Regalos de la madre tierra.
El desierto como antidoto al abandono. Leche
caliente en el “buta gas”
A veces las cosas que no te gustan las aceptas
obligada. Tu alma está tan dolida que no puedes soportarlo, quieres llorar…
“Mama Luca hacia el pan, sentada en el suelo
de arena. Del horno encendido con hojas secas de palmera salen los panes como
pequeñas esculturas, quitándoles la ceniza con un trozo de melfa antigua.
Rituales que acompañan su soledad. Diez panes diarios que la permiten comer”.
Ismèmne participaba de las tareas diarias del
ksar.
Viernes las mujeres se reunen para tocar el
tambor y las panderetas. Cantan y piden a Allá.
Terapia grupal de energía femenina. Sonidos
africanos de tan-tan que te llevan al extasis.
Desinibida sacas el veneno…
Poderosa energía negra acompañada de té dulce.
Mujeres ancestrales, imágenes en el tiempo.
Poderosas.
El corazón es un órgano sensible, es tan fácil
romperte el corazón.
El amor es un veneno cuando te lo restriegan
por la cara…
Un regalo cambia tu vida, un baile, un té, una
amistad desinteresada.
Una vida llena de apego te destroza.
Resentidos con la vida van caminando los seres
miserables.
El destino nos hace esclavos de la deuda.
Ismène encontró su familia, entre mujeres
podía respirar. La madre, la hija y la hermana.
Figuras arquetípo en la historia.
Acavaba el viaje.
Volvía al Norte para ser mar…
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