Estoy en el otro lado voy por el Camino de los
Tristes. Mi amiga vive en el Albaicín alto, su casa tiene un aljibe y una
estrella judía en la puerta. Enfrente hay una antigua escuela coránica con
enredaderas colgantes. La magia de la existencia se hace presente en Granada.
En 1934 en el Albaicín alto, hizo su casa un
descendiente de Marco Polo, era de origen judío como muestra la estrella de
seis puntas en el suelo delante de la puerta. El barrio siempre fue refugio de
aquellos que escondían historias del corazón.
Aquí llegó Sol Benab con sus dos hijas para vivir una de
tantas vidas que llevaba dentro. Quería bailar flamenco,
llegó al lugar y en el momento adecuado.
De madre española y padre argelino se encontraba con sus raíces en el
Albaicín. Llenaba sus días de palmas al compás de seguidillas y tarantos.
Necesitaba el cante hondo para enraizarse.
Hacía siete años que viaja de Norte a Sur y
después de un año en la India sus raíces gitanas la llevaron a Granada.
Es una hija de los esenios, puede curar con
imposición de manos y hierbas. En cada lugar que habita deja su
semilla.
La conocí en África en un pequeño pueblo
blanco del Norte de Marruecos. Su magia me
llegó al corazón. Yo también estoy en el camino de los esenios.
A dios Granada
En la calle de la estrella junto a un aljibe
está la puerta de un cementerio musulmán. Dos cipreses guardan las almas. El Carmen de las tres estrellas
tiene frescos de escayola decorando sus ventanas y un arco de medio punto con
verja estrellada. Tras sus ventanas abiertas podemos leer la historia de la
princesa nazarí que fue llamada por el sultán de la Alhambra. Quería comprobar con
sus propios ojos si la belleza de la chica alcanzaba a la de las estrellas.
Llegaron tres princesas al palacio, una era ciega, otra era coja y la tercera
no podía hablar. El sultán quedó prendado de tanta belleza, tuvo miedo de que
la luz se apagara al separarlas, las dejo partir…desde entonces la casa se
llama “de las tres estrellas”.
Entre cementerios se encuentra el Carmen del
amor perdido… cuentan que vivió una mujer apasionada. Dedicaba sus días al
jardín y a su casa, enamorada de un imposible llenó su casa de amor perdido…
Me voy
de Granada por la calle del agua. Me despide una princesa gitana.
Polo llegó a Tánger y puso una pensión
enfrente del mar.
Pensión Gibraltar era su nombre.
Un viaje a Granada
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