sábado, 19 de julio de 2014

Granada





Estoy en el otro lado voy por el Camino de los Tristes. Mi amiga vive en el Albaicín alto, su casa tiene un aljibe y una estrella judía en la puerta. Enfrente hay una antigua escuela coránica con enredaderas colgantes. La magia de la existencia se hace presente en Granada.
En 1934 en el Albaicín alto, hizo su casa un descendiente de Marco Polo, era de origen judío como muestra la estrella de seis puntas en el suelo delante de la puerta. El barrio siempre fue refugio de aquellos que escondían historias del corazón.
Aquí llegó Sol  Benab con sus dos hijas para vivir una de tantas vidas que llevaba dentro.                   Quería bailar flamenco, llegó al lugar y en el momento adecuado.                                                           De madre española y padre argelino se encontraba con sus raíces en el Albaicín. Llenaba sus días de palmas al compás de seguidillas y tarantos. Necesitaba el cante hondo para enraizarse.
Hacía siete años que viaja de Norte a Sur y después de un año en la India sus raíces gitanas la llevaron a Granada. 
Es una hija de los esenios, puede curar con imposición de manos y hierbas.                                       En cada lugar que habita deja su semilla.
La conocí en África en un pequeño pueblo blanco del Norte de Marruecos.                                        Su magia me llegó al corazón. Yo también estoy en el camino de los esenios.






A dios Granada
En la calle de la estrella junto a un aljibe está la puerta de un cementerio musulmán. Dos cipreses guardan  las almas. El Carmen de las tres estrellas tiene frescos de escayola decorando sus ventanas y un arco de medio punto con verja estrellada. Tras sus ventanas abiertas podemos leer la historia de la princesa nazarí que fue llamada por el sultán de la Alhambra. Quería comprobar con sus propios ojos si la belleza de la chica alcanzaba a la de las estrellas. Llegaron tres princesas al palacio, una era ciega, otra era coja y la tercera no podía hablar. El sultán quedó prendado de tanta belleza, tuvo miedo de que la luz se apagara al separarlas, las dejo partir…desde entonces la casa se llama “de las tres estrellas”.
Entre cementerios se encuentra el Carmen del amor perdido… cuentan que vivió una mujer apasionada. Dedicaba sus días al jardín y a su casa, enamorada de un imposible llenó su casa de amor perdido…
 Me voy de Granada por la calle del agua. Me despide una princesa gitana.
Polo llegó a Tánger y puso una pensión enfrente del mar.
Pensión Gibraltar era su nombre.





1 comentario: