Una es blanca y azul, silenciosa a veces
muerta.
La antigua, la restaurada, la visitada.
Otra es grande, nueva, caótica. Crece cada
día…con coches y calles de tierra.
La medina blanca está amurallada, antiguo
vestigio portugués.
La nueva no tiene límites se extiende como una
plaga.
Hoy he vuelto a la antigua, la soñada.
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