jueves, 24 de julio de 2014

Lala Rahma


Camino del mar desde la mezquita de la santa 
colores de iluminada
la luz es el camino
hasta el sol
rincones de encanto
regalo de Dios

Hercules




El rey del mar se alimentaba de historias 
enfrentado a un océano de pasiones                                                                                                          cada año como araña tejedora atrapaba una nueva presa                                                                         sirenas de otros mares degustaban de sus encantos                                                                   
su sed insaciable…                                                                                                                                                    Los inviernos era paciente con las lluvias, barros y tormentas                                                                       
en primavera saciaba sus instintos con sangre nueva                                                                                    
sus musas aparecían bañadas de blanca seda. Él las amaba…                                                               En verano,  Hércules el Rey del mar disfrutaba de las ninfas que bailaban en su playa.                   Como un palomo las agarraba y las llevaba a su cueva.                                                                      Los riscos de arcilla verde lloraban con el adiós de las palomas fecundadas.                                       Semillas doradas que van al mar…


lunes, 21 de julio de 2014

Los sonidos de Asilah


El pasar de las escobas de las mujeres que  cada día barren las calles de la medina antigua.
El batir de las olas contra la muralla portuguesa.
El clamor de los niños al salir de la escuela.
Palabras de agradecimiento por sentarme en el quicio de una puerta que no es la mía.
El caminar lento de una chica que mira sus pasos.
El ondear de una bandera con estrella verde al viento.
Los almuédanos llamando a la oración.
El gallo de las cinco de la mañana.
Los pescadores de Bab Homar ofreciendo las capturas del día.
Los chiringuitos del paseo del mar con sus puestos de comidas varias.
Todos  son los sonidos de la medina dónde habito.
Princesas con harapos de rizos rubios.
Aquí  en esta medina quiero enraizarme…
Olvidaba los cantos en las mezquitas las noches de ramadán.
La anciana judía me dijo que somos nosotros quienes creamos nuestro destino.                                 Yo me dejo llevar…
Los viernes se oye el silencio, solo la llamada a la oración asoma…intensa.
Hoy  me cambio de casa, he perdido la cuenta de tantas casas sin hogar.
 


La Source Fucsia





El color fucsia es la meta que la vida nos pone a nuestros impulsos.
Por mi cuerpo corre la esencia de caminos azules y gargantas de estrellas.
Fucsia el alma ensangrentada,  azul  el corazón enjaulado.
¿Será mi poesía la fuente de tu sed?
¿Será mi sed la necesidad de tu cuerpo?
Estrellas de coral en  mi ventana.
La source de mi amor se seca. Dame agua clara para mis emociones.
Barro el polvo de la memoria detrás de las puertas.
Éramos  trozos de “melfa”.
En mi piel cetrina se dibuja la historia testigo de antiguas medinas.
Nuestros cuerpos inmaduros se vacían en el tiempo.
Me olvidaste en la arena… 
…pero tus dedos me acompañan como esquina.
En un mar sin farero, mi meta es  la Source Fucsia.

La mujer del Al-quimista




Se conocieron en un congreso de espiritistas, con una sola mirada ya sabían que serian inseparables. Como la noche para el día eran el uno para el otro. Compartían sus almas al igual que sus libros. 
Él era cura, vivía en un monasterio dónde clasificaba libros, cultivaba hierbas y hacía pócimas, era alquimista.
Ella era madre soltera, liberal y no creía en la Iglesia. Una soñadora de libertad.  
Durante años vivieron alejados del mundo, compartiendo su felicidad. 
Eran pura alquimia 
Dos en uno buscando la piedra filosofal en perfecto equilibrio con el Cosmos.
Hace cinco años que él se fue…. Desde entonces ella se pierde en África para encontrarle. 
Su casa tiene un minarete blanco donde han hecho un nido de amor eterno… lleno de mar y golondrinas. Su amor es como una estrella que brilla en el firmamento.



La mujer del  alquimista es etérea como una nube. 
Llegó a este pueblo blanco buscando la luz y el susurro del mar.                                                             Su rito liminal es una lluvia de estrellas.
Su minarete está rodeado de cinco mezquitas, allí descansa,  mira el cielo, habla con él  y viajan por el mar azul que les rodea.
Veinte y cinco años al lado de un alquimista te dan una ideología diferente. Eres  su espejo, heredas la sabiduría de los ancestros.  Uno más de los químicos del Planeta. Tienes el poder de fluir entre las tormentas. Nada te hace daño excepto tu propio yo.                                                                    Movidos por las olas del anonimato estudiaban las formulas del amor eterno como elixir de la vida. Sabían que si rompían sus rituales se perderían. El rito les alimenta cada día.