viernes, 29 de enero de 2016

El camino






“El desconocido llegó cuando la estación seca empezaba a tomar color verde…Su caballo blanco le daba un aire elegante, decian que se llamaba Rumi”.


Nataly se dejaba llevar por los sueños, en su pequeño mundo esperaba “some body to love”.
Como en todo principio de año estaba perdida, no sabia donde colocar la esperanza.
Leía un libro sobre la vida de Rumi, los místicos eran su pasión. La llevaban a una realidad única, viviendo en carne propia sus ideologias.
Quería dar amor. Era su máxima para este nuevo año. Así de claro se lo pedía al Universo.
Vivía en un continente donde las relaciones tenían otro tinte.
Se preguntaba si podría llegar a convertirse…
Tomaba clases de árabe en una escuela de barrio. Un centro de afabetización.
Rodeada de madres musulmanas los viernes cantaba los salmos del Corán.
¿Podría por amor ser musulmana? Era una pregunta que se hacía últimamente.
El profesor de árabe dice que Dios te elige.
Nataly había nacido en Francia de padres cristianos. No practicaba ninguna religión.
Pero necesitaba vivir cerca de lo espiritual.
Escapaba del materialismo de las grandes ciudades, buscando a Dios.
“Rumi, mon amour”, era un libro que la ayudaba a encontrarse.
Hace veinte años que  “El libro de los secretos” de Farid al-din ATTAR, viaja con  ella.
“he cambiado de morada, no de Dios” ATTAR.
“si ver no puedo al amado, mis ojos de nada sirven” ATTAR.
Si todo está escrito que andamos buscando por las esquinas…
Nataly tenía muchas preguntas. Decidió tomar un café en la esquina más bulliciosa del pequeño pueblo donde vivía. Era sábado la medina se habría a los visitantes.
Todos pasean movidos por la inercia de su destino. ¿Dónde están las almas gemelas?





Hoy había concierto en el pequeño café del puerto. Nataly le gustaba cantar y dar palmas con esos ritmos tán familiares. Hacía frio, no apetecía sentarse, aunque el recuerdo de la música la llamaba…
Estaba huyendo de sí misma. Como gaviota paseaba por todas las costas.
Si, tenía un nido lleno de sueños.
Una sola realidad, una cultura. Le gustaba esta sociedad porque tenían creencias espirituales y estaban más cerca de Dios.
Así entendia el fluir de los días.
Nataly se dejaba llevar por los efluvios del desapego para encontrar un samurai con la fragilidad de una mariposa.
“Roh al mutamarida” Era un alma rebelde.
Un dia puede ser una vida…la libertad del instante, errar como derviche.
Tenía una casa… un hueco donde albergar.
Como los pájaros que hacen un nido. Nataly ataba cañas en su terraza. Juntaba plantas, conchas, piedras. Objetos efímeros para llenar su existencia.
Alma creativa, las cosas giran a su alrededor conectandola con el Cosmos.
Un derviche que baila…haciendo de su vida una danza.
Vestida de colores vivos, elegante, bella, entra en el dia soleado.
Vive el momento… un aquí y ahora de una sociedad anclada en el tiempo.
Sus vestidos la llevan a la India, su pulsera al África negra y su alma se asienta en el Norte.
Nataly vive en una filarmonica de emociones.



La luna estaba creciente. Sería la tercera desde su última muerte.
Desde que contaba su vida por lunas, los dias eran más intensos…
Estaba muy despierta, más joven, su energia era de renacimiento.
Se alejaba de la muerte enterrando las heridas.
Era feliz en su pequeño mundo, observando la luna crecer al tiempo que su confianza.
Compró unos utensilios para cardar la lana. Llegaron a sus manos… a su debido tiempo.
El último momento del sol lleva siempre una tristeza.
La playa estaba tranquila, una mujer recogía cristales, unos enamorados miraban el ocaso.
Nataly estaba vacia…su alma errante llena de soledad.
Todo era mágico.
Existe un espacio donde tu centro se coloca.
Una salida al mar entre el rojo y el verde.
Una brisa cálida llena de amor.
Un vacio algodonado lleno de vacio.
Un horizonte perlado.
Hay tanto amor...”
Nataly se instala en el mismo sitio que ayer con las olas.
¿Qué ha cambiado?
¿Por qué tantas preguntas?
Manos a la obra.
Nataly hace una mayonesa como le enseñó su madre.
Media hora  para unir la yema del huevo al aceíte dando círculos concéntricos en el mismo sentido para que no se corte. Añadió ajo y perejil. Coció unas pequeñas patatas blancas y las aderezó con este alioli.
Exquisito manjar.




Quería leer los poemas de amor de Rumi. Hizo una copia en su ordenador. Estaba pletórica, caminaba por las calles dando gracias con una sonrrisa.
Al abrir una de las páginas se encontró con un óvalo azul con la palabra HOME.
Dos cosas la hacían feliz, leer a Rumi y entender el alfabeto árabe.
“Love is from the infinite and will remain until eternity” RUMI.
Esta tercera luna bailarían juntos.
Rumi dice que hay una ventana de corazón a corazón.
Nataly tenía una torre.
“Open the love window. The moon won’t use the door, only the window” RUMI.

Un día de lluvia fina e intensa.
Nataly se ocupa de su aseo personal. Henna en el pelo, aceítes y arcilla verde.
Baila y se recrea.
Llena de entusiasmo vive como si fuera una adolescente.
Tres lunas de vida.
¿Dónde está la felicidad?
“La via”
“Mi parte se ocupa de una parte de mi parte, y mi todo aspira al Todo de mi todo”                         Mansur Hallay.
“La folie hereuxe”
Locura feliz, así se podría definir lo que Nataly vivía.
La luna estaba casi llena y una aliniación de cinco planetas presente.
Le gustaba mirar el cielo. Esa dimensión, infinita, lejana y cambiante.
Las estrellas, maestros de la historia. Día y noche.Sol y luna. Blanco y negro. Hombre y mujer.
Alternándo en una danza Universal.





Lala Rahma era su playa.
El mar estaba bajo dejando tanta arena que los jóvenes jugaban al futbool.
Puestas de sol con la luna llena.
Hay momentos que la sensación de presente es tan presente que sientes mareo.
Un presente que nos llena de amor. Sin conexión vamos al infinito. La espera…
Quería saber más de otros mundos, vidas, sabores, colores.
¿Dónde habita mi dolor?
Algodón en campos sembrados de amapolas.
Saliva que envuelve mi cuerpo de alas de mariposa.
Fustración dentro de una caja de plástico. Pájaro azul. Vuela…
¿Dónde duermes princesa?
Planetas alineados. Sombra y penumbra.
Esta luna llena le ha traido la melancolía…
Una melancolía extraña. Nataly camina sola. Camina para encontarse.
¿Qué es estar perdido? Una soledad en un mundo acompañado.
Es una barca solitaria, azul y blanca.
La soledad está dentro de su caja de cartón.
Peleaba con su destino, quería hacer tantas cosas que no hacía ninguna, el presente la invadía.
Solo la música amansa las almas rebeldes.
A veces tu camino se deshace en trocitos.
 Un té como antídoto al abandono.
¿Cómo dejamos las costumbres?
Se dejaba arrastrar por las calles de la ciudad con su melancolía.
Poco a poco las luces de las tiendas iban apagándose y la noche cogía un color propio.
Los hombres con chilabas de invierno se arremolinaban como seres de viento.
El mundo masculino de la noche tenía imán…
Como extrangera, al margen de costumbres  era alma libre. Mimetizada.



Destinada al olvido.
                                                                Efímera como la lluvia.
              Su ideología, una mirada de tacto etéreo entre los abismos de la memoria desplazada.
                    Las almas rebeldes siempre tenían contradicciones. Dos lados, dos caminos…
                                                                       Un destino