viernes, 11 de diciembre de 2015

Desde China con amor





Balcones del Planeta.
Miradores ancestrales para comprender la existencia.
Infinita la vista a un más allá todavía por conocer.
 Lleno de recuerdos de infancia perdidos.
Una eternidad.  Albahr…
Cierro mis ojos para mirar.
Hay tanta energía en el Planeta, que o te sujetas o te lleva. Aducción.
De la mano eternamente, encadenados al  mundo.
Frente a la marea que sube me alimento.
Él me calienta como prueba de amor.





El rincón de las siete casas cósmicas
Tiene una estrella de tres puntas oxidadas por el avatar del tiempo.
Mi casa está en un rincón de siete puertas cósmicas.
Con una puerta azul grande entrada al Paraíso.
La casa, el apego, la raíz.
Me despido, inchaalla de la casa de la estrella.





El callejón de la estrella
Existe en la medina antigua un callejón que es invisible.
Tiene siete puertas, la primera tiene una estrella.
La fina línea que nos separa de la locura es el ritual diario.
Cuando imitamos a los demás se llama cordura.
Cuando vives tu mundo propio e insistes en salir de lo cotidiano, aparece lo que llaman locura.
En mi paseo por la antigua medina descubro el tiempo. Medina de vida vacía.





Desde China con amor
Gracias soy otra en mi nueva vida. La que enseña.
Transgredir para ser mejor. Pedir perdón. Perdonar.
“Haz que los días cuenten, no cuentes los días”
Celador con ailantos de sombra expresa en un jardín romántico, junto a la calle del Pretil de los Consejos.
El duodécimo planeta.
La Celestina.
Les souvenirs Geometriques.
Sounds of Earth.





Deseo
Deseo viajar  al Sur…
Juntar las almas, mirar el Atlas al amanece, darnos las manos, besos en la noche, comer couz-couz, bailar, pasear, cantar.
Vivir el ayer como si fuera hoy, recordar que te extraño…
Ser serpiente…


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