miércoles, 12 de febrero de 2014

Wadi-Amar



Erase una vez dos príncipes separados por un rio infinito.
Una distancia muy pesada apenas imperceptible, con presencia.
Sus vidas llenas de seducción les hacían desaparecer.
El rio les hablaba desde arriba. ¿Dónde estás corazón estrangulado?
¿Por qué me has abandonado?
Pasaban los días buscándose sin sentido.
¿Por qué no me llamas?
Su ausencia era larga. Su amor eterno.
Sentados en” tarbas”, entretenidos con pantallas de colores, se deseaban sin tiempo.
Presente…

Tu existir me acompaña…
Somos los Príncipes del rio.
Eran amantes traslúcidos, transparentes, sin presencia, sin tiempo.
 Rodeados de albero, sal y olivo.
Wadi-Amar como te extraño en este día lluvioso de encuentro.
El agua baña los espíritus.
La venta de la vida, el amor en venta.
¿Qué pasa? ¿Quién me abraza?
Un tren blanco se pasea por mi espalda.
Sueño que vuelo a los desiertos infinitos, con tu ausencia me encojo.
Adiós mundo ensangrentado.
Bien venido al Wadi-Amar, lleno de mundo, comida y sueños, lleno de ti y de mí.
Absurdo Universo convertido en niebla, absurdo mirar de amantes estrangulados.
Tu mundo me inquieta
 me sujeta
 me absorbe
 me alivia
 me enamora
 me arropa
 me llama
 desde la lluvia.
Amor enmohecido sin sentido
sin alma
sin viento
sin alas
sin frontera
 sin parada
 sin asiento
 sin plato
sin comida
sin ti.
Wadi-Amar, sin amor


  
 
 
 
 
 
 
 
 

 

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario