viernes, 22 de mayo de 2015

Emir



Todo se movía al ritmo de los días…
La mar estaba tan baja que Sara pudo recuperar las olas.                                                                          Durmió en la habitación de la princesa acunada por un sultán…
¿Dónde está Emir? ¿Existe? ¿Es un recuerdo?


Emir compungido sacó las pocas viandas que aun guardaba en su hatillo, las colocó sobre  su turbante en la duna, bebió un sorbo de agua con los ojos cerrados  y sintió la suave mano de su madre acariciándole el cabello encrespado, como tantas y tantas veces había hecho con él de bebé.
Dio gracias a Dios y comió con deleite.

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