¿Ser libre?
¿Sin ataduras que nos
llevan al vacio?
El amante prohibido
Estaba en un mundo dentro de un mundo imaginando sus noches
en esa habitación rosa…
No hubo besos ni caricias, solo sexo.
Cuerpo contra cuerpo…pegados.
Acoplados como llave y cerradura.
Había pasado un año desde su último encuentro.
Él se había casado con una joven muy guapa, una princesa. La
había embarazado…
Vivían es su cueva, días y noches de amor junto a las olas.
El amante prohibido pasó a la historia de los akásicos.
Ahora en su memoria es soñado.
Una princesa atávica ungida de maternidad, espera cada día
con una sonrisa lánguida.
El rey del mar con sus zapatillas de estar por casa la
balancea entre sus manos, dulcemente.
Llenos de amor hasta el amanecer.
Imagina… su amante prohibido y la princesa entre algodones de azúcar.
La princesa atávica
Atávica a la maternidad…
Escondida en la cueva, sobreprotegida.
Eximida de la culpa, se escapa.
Una fuerza le revela su amazonia.
Libertad akásica de un ser sin ataduras.
Vuela princesa, vuela.
Cinco gaviotas te saludan… eres libre como el viento.
Soy gaviota, no quiero ser princesa…
La princesa atávica, no sueña vive la realidad sin
preguntas.
Esposa y madre de reyes. Olvidada y castrada.
¿Quién quiere
ser princesa?
La princesa es para Lucia...
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