Amor imposible
Aquél que se evade por los rincones oscuros como lagartija
Allí dónde el mar lo atrapa llenándolo de ambrosía
Amor de siempre…enjaulado
¿Dónde estás príncipe del desierto?
Ayúdame a sentar mi alma
Mientras frio patatas en la sartén…
Amor que se disuelve como azucarillo en taza de café
Amor, amor, amor, vuela con los vientos del Sur
Amor abandonado
Amor inhabitado
Habitado por un beso con olor a estramonio
Labios rojos, llenos de pasión
Paréntesis llenos de rosas, medina olorosa con color a veces
blando, a veces pálido
Lleno de fuerza
Tanta pasión contenida que se desboca por la borda de este
barco a la deriva
Amor imposible…
Amor inhabitado
Navegante por tierras ajenas sujeto a un mástil de mentira
Inventado para saciar el hambre de ti
Anoche me convertí en princesa- flor para otro
Otro ser que pide amor para relajar su lívido
Amor inhabitado te despido por este nuevo brote, pequeño,
verde y hambriento
Satisfecho en rincones de medina como antes ruboroso, tímido
y escondido
Vuelo por las murallas portuguesas cantando al amor inhabitado
un adiós sin despedida.
El oso y la flor
Antes de hibernar el oso había visto una flor
Delicada y diferente crecía junto a otras de su especie
Un día de otoño antes de que el oso durmiera, la flor fue
visitada por la bestia
Era tan grande y peluda que se sentía temblorosa y frágil
Conversaron durante
horas…
¿Cómo pueden hacer el amor un oso y una flor? Continuará…
Mientras el oso dormía, la flor creció y se hizo árbol
Cuando el oso despertó lo primero que vio fue un árbol
hermoso donde refugiarse de la lluvia
Debajo de sus ramas escondió su corazón
La flor era feliz siendo árbol, ahora podría abrazar al oso.
Mi amor inhabitado
Despertó mi amor dormido…
El inhabitado
Con una sonrisa se abre al nuevo amanecer
Contento pasea por la playa buscando el infinito
El último habitante lo dejó seco como hamada
Su semilla surge con fuerza ancestral, sabe que es eterno como la memoria
Perdurará con el tiempo desparramado por el Atlas o
escondido en un Ksar aislado
Siempre visitado como tumba de Tutankamón en el desierto
efímero.
Deseo inhabitado
Todo se evapora en este rio de amor perdido
La luz apagada del bien estar olvidado
Los cantos de Allá me acunan en la ventana despertando mi
espíritu
Qué fácil es engañarnos para ser felices
Olvidé que te quise un instante en un callejón sin salida
con olor a estramonio
Sus flores están marchitas ya no huelen…
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