miércoles, 8 de abril de 2015

Amor Platónico




Viernes por la tarde
Hay veces que solo nos reconforta un café con churros.
Mis amigos se cuentan con los dedos, soy del otro lado.
¿Cómo me relaciono con este mundo?
¿Cómo salgo de mi agujero?
Sentada en una mesa de metal con el sol en mi cara, me pregunto por mi existencia.
Las fichas de dominó suenan alegres en esta tarde de viernes.
Me escondo por los rincones para sentirme viva.
Saludo a hombres con chilabas mientras el mundo se retuerce.
Tomo un café fuerte y amargo para despertar.
La luz es bella, amarilla, intensa… estoy en África.
Vuelve la pintura, voy a pintar.
Éramos los dos mirando la puesta de sol en la torre portuguesa.
Las olas iban y venían juguetonas con esa música marina…
Todo pasa y todo queda.
Piedras llenas de historia bañadas por los recuerdos.
Ibn Batouta me acompaña, mismos espíritus, diferentes colores.
Me pierdo en tu ala.





Amor platónico
¿De dónde viene la palabra platónico?
¿Qué es un amor platónico?
Aquél  que es irreal, incierto, ficticio, inventado, dedicado al otro, soñado.
Encontrado en los bordes de carreteras de tierra, en cornisas del Atlántico.
Amor imposible, consentido, envolvente, rosa, dulce.
Amor vivido, imaginado sin límites.
Como Machado y Guio mar.





Confianza
Sólo cuando abandonamos los miedos, creemos en los demás.
Se llama confianza.
¿Qué nos hace confiar en el otro?
Los prejuicios son los cimientos de la desconfianza.
Miedo a la herida…
Fianza es una palabra robada cuando nuestra mente nos lleva por los abismos de la duda.
Confianza y  desconfianza.
Fuerzas opuestas que viven dentro de nosotros como alas de mariposa entre dedos mojados.


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