El Zahir del amor inventado.
No es platónico, ni siquiera a primera vista.
Invento el amor como un embarazo.
Las endorfinas de despiertan, bailan contentas en mi cuerpo.
Se parece al amor místico, sin castigo y prohibición.
El amor inventado es mío, no hago daño a nadie, no sufro.
Soy feliz.
Como un registro akáshico me alimento del éter…fluido
amoroso suspendido.
Hoy voy a imaginar que estás aquí.
¿Puede un amor inventado convertirse en el Zahir?
Sí, si ocupa todos nuestros pensamientos.
Trabajamos la renuncia sin conseguir dejar de pensar en ello.
Ello se llama Zahir.
Ello puede ser también negativo, si hace referencia a
los malos pensamientos.
Tan malignos como el veneno.
El amor inventado es como un batido de fresa.
¿Puede un pájaro ser el mensajero de un amor inventado?
¿Un Zahir visible y presente?
No hay comentarios:
Publicar un comentario