I
Una amiga me dio la idea de escribir lo que mi alma siente
cuando se va el sol.
Hoy es un día único, el primero.
Se lo dedico a ella que se ha ido en un avión al otro lado.
He venido junto al mar para despedirme.
Todo es calmo.
Un sol naranja crece
despacio mientras llega al horizonte donde despertará a la otra mitad del
Planeta. Se hace más naranja e intenso,
mientras el azul gris del agua baila contento.
Cañas de pescadores y un té a la menta me envuelven. Las
abejas juguetean en mi vaso.
Un pájaro solitario despierta…voy a mirar.
II
Una luz rosácea bajo nubes blancas.
Me siento en la arena…
El mar está calmo y silencioso, apenas un susurro de olas.
Veinte albatros vuelan por encima de mi cabeza… van al
puerto.
El sol sale a saludarme.
Un hombre nada… es feliz.
Otros se sientan en el malecón, esperan.
La luz te envuelve junto al sonido lento de la marea.
¿Se verá el astro?
Muchas nubes lo acompañan, la luz es intensa.
Al lado del pequeño puerto todo es gris calmo junto a las
barcas azules.
La música de la feria muerta, apagada.
Los peces saltan.
III
Un sol pálido en cielo gris.
La luz artificial se alinea en el paseo del puerto.
Amarillos y azules monocromos.
Pasa una mujer de luz en verde claro.
Todo es mágico, me descalzo.
Los gatos esperan los pescados que amablemente les regalan.
Me siento en una piedra del malecón.
Empiezan los cánticos del atardecer.
Llegan los carros con el pescado fresco.
El gris se vuelve azul en un adiós lleno de melancolía.
Es tan romántico...
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