IV
He visto dos puestas de sol.
La primera era alegre y brillante, llena de luz amarilla.
Los niños bañándose en una marea baja.
Si fuera un pájaro metálico nos encontraríamos en el cielo…
Luego he ido al puerto.
Él era naranja casi invisible.
Cuando he llegado al café no tenía bolígrafo.
Hace un levante frio y húmedo.
El cielo empieza a vetearse en rosa y azul.
Hace frio en esta tumbona de rayas rojas y blancas de este
puerto solitario.
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