lunes, 1 de septiembre de 2014

La espiral del deseo...al laberinto 2


F. me siento feliz de compartir este viaje contigo.
Tomemos un café en el Almanssia.
Sentada en una silla de plástico roja…sabaah al khaïr, salam aleikum, labas aleit, saludos eternos mil veces compartidos, son como cantos de Al batros.                                                                                      
¿Quién soy? ¿De dónde vengo? ¿Por qué existo?
 Disfrazada con vestidos de otras culturas, busco en mi pasado.
Este pueblo es como una familia, me acoge como una madre.
 Al baha. In all baha yunadiny (corregir) “el mar me llama”.
Existen conexiones desde tiempos del Rey Salomón.
Sabes una cosa Almitra, a mí me pasa algo parecido cuando cruzo el estrecho, los poros de mi piel  se abren a la memoria, me empapo de recuerdos. Desconozco si existe algún vínculo con mis antepasados en África, pero estoy seguro que he vivido aquí en otras vidas.
Tengo un presentimiento, ese sobre que has encontrado a nombre de Anna Laukkamen, en el remite tiene un sello de la Facultad de Derecho. Mi padre era abogado y estudio en Madrid. Podría conocer a Ventura tenemos que investigar si hay algún vínculo entre ellos.
Crecemos…
¿Si somos hijos de Dios que nos hace estar en la cuerda floja?
Entre abismos nos movemos rápido para no pensar. En deuda con los ídolos nos alejamos del centro…buscando a los demás. Solo la gran familia humana nos salva…tanta prisa por andar  queremos besar la tierra, sin tocar el cielo. Perdidos sin rumbo, secuestrados en rituales sin corazón. Se me hielan las entrañas, pido permiso divino para mirar atrás.
Viernes día de oración, gris, ruge el mar…





F. tengo ganas de escapar de mi destino…
Voy a pasear, escucho las olas, siento la llamada de Salomón, “Malika y Salomón”
¿Quién era Malika?
Acaso fue su amante.
La Reina Malika y el Rey Salomón… fue su ángel.
Almitra no podemos escapar de nuestro destino, está escrito.
 La vida es un laberinto con muchas puertas, hasta encontrar la de salida…tu destino.
F. he leído en un diario un sueño, estaba desnuda en el desierto y un pájaro negro con pico amarillo se posaba en mi cuerpo…
Almitra estabas huyendo… cansada y dormida en la blanda arena, busca en tú recuerdo.
¿Quién era ese pájaro negro?
Vamos a tomar un café.

El mirador nos regala una imagen preciosa un cuadro de una adolescente vestida de rosa mirando el mar, con el horizonte en sus caderas.
Hasta el final de esta historia no sabré los motivos que se llevaron a Salomón.
Dos gatos blancos corren por la puerta del mirador.
En la madraza los niños parecen pájaros cantando. Almassia, Alyasira, los “al” del mundo árabe.
Hombres que empiezan el día fumando kif, en rincones de cafés con mesas y sillas de plástico.
 Otros  vestidos de blanco se dan cita en las mezquitas, rezan, buscando a Dios.

Cuando veo las mujeres con las chilabas y pañuelos en la cabeza, me siento diferente, quiero llevar  velo,  ser como ellas…


Nuestros actos, vestidos, costumbres nos diferencian e introducen en extrañas cajas DNI.           Alyasira  habla de misiles, bombas, tanques, este mundo de la guerra que desde tiempos remotos tiene un atractivo increíble para los hombres, hablando por la caja TV, el mundo encerrado.          ¿Por qué la paz no interesa, no vende, no da dinero?                                                                                       Todos estamos en el  mismo Universo, Guerra y Paz.
Almitra estás sola en un café… buscas el  por qué tu abuelo se piró un viernes de oración delante de la gran mezquita. Por llamar la atención de un mundo insensible… fue la locura, el amor, la sangre, los celos.
A veces te siento tan cerca de los abismos que pierdo el miedo, la caída te salva, te sujeta… eso es el destino  Almitra, a ti te sujeta,  a otros les deja caer…
Suenan las fichas de dominó sobre las mesas, empieza el juego…¿Cuál es mi ficha?    
F. háblame de tu padre.
Nació en Francia, es abogado, estudió en Madrid y se doctoro en Paris.
“L’araignee qui tisse sa toile” era el título de su tesis.
Mauricio Cohen, mi padre trabajó varios años en la defensa de una mujer con muchas vidas…Condenada por adulterio, de una familia hebreo-argelina, casada muy joven, tuvo una niña, Malika era su nombre.
Su marido la repudio sabía que él no era el padre de ese bebe, cuando encontró un papel con estas palabras.
 “Adiós a la poesía en las paredes. A Dios oremos en estas noches vacías. Este adiós es para ti Ventura.  Adiós Ventura”.
Esta defensa de adulterio llevó a mi padre a descubrir muchos hilos de la tela de araña.
También encontró un diario de reconciliación con la madre.                                                                                                                                                                                                       Martes: inmensas ganas de llorar. No puedo pensar, quiero evadirme, depresión.
Miércoles: Resurrección. Contenta, equilibrada, no paranoica, sin dudas, soluciones y decisiones, ánimo estable, sin altas ni bajas, sombra pájaros negros.                                                                         Jueves: pensé en mi padre.                                                                                                                                          Viernes: contenta, activa.                                                                                                                                   Domingo: despedida, adiós. Ventura.
¿F. crees que la madre de Malika es Anna Laukkamen?.
No sé Almitra podría ser.
Que has hecho este viernes, todo parece tan dormido.                                                                                                   He ido a la playa, mojado mis pies en agua salada, he dejado mi corazón palpitar con las olas.
De vuelta a las calles de la medina, el olor al cuz cuz y canela, me ha abierto el apetito. He cocinado un tangine de berenjenas. En una cazuela de barro se introducen pimientos verdes, ajo,  perejil  y berenjenas, un chorro de aceite y sal al gusto. He ido al horno del pan a dejar el plato, como hacían mis antepasados para el Sabbat con el Tchoulend (tripas de vaca). Una pequeña diferencia mi plato es vegetariano, ja, ja, ja.
Y tú F. Cohen ¿ qué has hecho este viernes?.
Ayer salí con unos amigos, bebimos un poco, me he despertado tarde, he comido algo en la casa y ahora voy a conectarme a Internet.
Yo me voy a la tienda de mi amiga.
Escucho música de Allá, sentada en una silla azul, me caramelizo con mi destino.
F. Malika es la hija de Anna, estoy segura, es más la conozco, trabaja en una tienda de ropa que diseña ella misma. Vive en Asilah desde hace un año, aunque no es la primera vez que se instala en este pueblo.
Me voy al horno a comprar pan. Se enciende una luz amarilla de una desnuda bombilla, mientras esperamos que los panes blancos, elevados por la levadura madre se doren. Corre un aire fresco marino en la tienda, oigo la lengua darilla fluir por las aceras, me hipnotiza, quiero habla, tengo tanto que decir en estos viajes al Sur. Escucho música del Corán.
Hoy ha sido un día muy largo lleno de vivencias. No puedo dormir F. llueve intensamente.

¿Por qué perdemos la fe? Tengo miedo de la venganza, del despecho, de la violencia del hombre encadenado, de la frustración, de tu ausencia. Dios protege mi alma descarriada.
“Y los Astros que sirvan para dar luz a la Tierra. Y así fue.” Génesis, 1-14.
Estoy escondida, tengo otro secreto que contarte F.
El cuaderno que encontré la noche antes de emprender el viaje, es el diario de una separación de un hombre que me maltrataba.  ¿Qué es el miedo?
Como mujer me he sentido muchas veces maltratada por los hombres. Lo masculino aplasta lo femenino. Cuando no tengo miedo, creo que estas experiencias me han hecho más fuerte.
Almitra no entiendo estos comportamientos humanos, como hombre me siento avergonzado de situaciones que me hacen parecer energúmeno…
La Ley del Karma, confío en las leyes de la naturaleza, donde las dan las toman
Como te dije antes mi vida es una aventura con dosis de drama, amor y riesgo que te levantan cada día. Ha llovido intensamente toda la noche. El astro sol ha salido.
¿Tomamos café?




¿Qué pasó con Anna F.?
Cuando llegó a Paris, tenía veinte años y una niña preciosa, Malika,  reina en árabe. Anna llegó al despacho de mi padre con lágrimas en los ojos, a pedirle ayuda. Después de diez años de repudio, su marido le hacía la vida imposible, quería arrebatarle su bien más preciado, su hija. Decía que escapó del hogar conyugal. Quería hacerle daño allí donde más le dolía.  Anna se casó a los quince años, vivía amargada hasta que conoció a Ventura. Era voluntario de una ONG española en una escuela para mujeres y niños sin escolarizar. Anna tenía unos ojos preciosos, negro azabache, un cuerpo esbelto y firme, siempre quiso ser actriz, su padre frustró todos sus sueños casándola con un judío ortodoxo que la obligaba a ocultar su pelo con una peluca sintética.
El día que Ventura descubrió su melena, nunca pudo olvidarla…Se vieron a escondidas durante un año, Anna quedó embarazada…su marido sabía que no era el padre. Desde que conoció a Ventura, cada noche que su marido la exigía sexo, ella como Sherezade le contaba un cuento. 
 A veces usó somníferos que ponía en su bebida. Cuando escapó de Argelia su marido dormía plácidamente, después de haber ingerido una sobredosis de adormidera. Al despertar Anna y Malika estaba ya en otro continente.                                                                                                                            Durante diez años la buscó con una demanda de adulterio entre sus manos que podría llevar a Anna a la cárcel, para el resto de sus días y a Malika a Argelia con sus abuelos.                                                      Mi padre se entusiasmó con este caso. Hacía años que se dedicaba a causas femeninas, desde la muerte de mi madre, era un defensor de casos de maltrato. Poco a poco fue entrando en la tela de araña de Anna …
F. es un milagro, Malika  era mi amiga de la infancia, vivió apenas unos meses en Asilah, éramos uña y carne, siempre estábamos una en casa de la otra, teníamos el mismo  pupitre en la escuela.
Mi abuela y su madre compartían recetas de cocina hebrea. Anna cocinaba muy bien,  ayudaba en el restaurante de mis abuelos. También cantaba, tengo en mi corazón las canciones que hablaban de amor y a mi abuela con su flauta travesera.
Un día llegó un hombre muy rubio con ojos azules, Malika y su madre Anna se fueron sin despedirse. Ese hombre era Ventura.                                                                                                                                    
Como una tela de araña nuestros destinos se van tejiendo formando el puzle de la Historia. Sorpresas nos da la vida F. he encontrado a Malika, fue mi amiga espejo de la infancia tenemos que contarnos tantas cosas.
F. hay destinos encadenados, conociste a Anna?                                                                                               Este viaje no tiene medida en el tiempo, el pasado se mezcla con el presente y se proyecta en el futuro. La realidad es tan difícil que a veces me siento confusa.
Almitra conocí a Anna, pero sobre todo conozco a Malika. Me enamoré…
 “Las olas me acompañan...desde que marcho mi amada mi alma se balancea. 
Entre  jubilo añoranza y espera...todos los poros de mi cuerpo están llenos de su esencia que me alimentará despacio hasta el próximo encuentro... “

Están volando los Al batros, enamorados  van a Tánger.                                                                                           El sol entre nubes está amarillo limón.
Me enamoré de Malika el primer día que la vi, sus ojos verdes mar me susurraban…como un cordero fiel sucumbí a las redes del amor.
Estaba parado con mi moto, cuando Malika me preguntó dónde podía tomar un café, hablamos, la llevé a su casa, nos dimos la mano con guante de cuero negro.                                                                              Al día siguiente la llamé, sabía que era ella…
“Coeur de lait” me siento con un corazón de leche, blando, escurrido gota a gota.
Malika ha viajado por muchos países, antes pintaba todos sus sueños…
Malika se marchó a Paris, allí fue nuestro último encuentro, quería ser libre como un Al batro, ató sus cuadros, cogió sus maletas, era pintora y siguió su camino.
Llegó a Paris, después de ocho años de relación con F. Cohen. Diez mil pesetas y un rollo de cuadros fueron sus maletas.  Pintaba en Les Halles, en el estudio de un amigo mecenas.
Vivía con F. en Madrid, trabajaban y se amaban como el paso de los días.
Malika era insaciable, amaba todo en la vida. Tuvo muchos amantes consentidos por su pareja. Una relación estable y eterna no la interesaba.
Su vida era una corriente de emociones que utilizaba en sus cuadros como inspiración continua.
Motivada por Frida Kalho no cesaba de pintar autorretratos, necesitaba conocerse mejor.
Quería llegar al centro de su esencia.
Cuando F. llegó a Paris, Malika bailaba salsa con su amante. No quería perderla, pero ella era libre…en una noche de tormenta rompió una relación de ocho años.
Tengo miedo no sé si podré contener mis sentimientos. Han pasado muchos años, ella fue el amor de mi vida.
F. si quieres te dejo solo, Malika está en la tienda.  Yo me voy a casa estoy muy cansada, soy pájaro…nos acostamos pronto.
…pienso en ti…duermo en la cama con sábanas blancas, dónde estuvimos juntos en el último viaje.-La espiral de la vida. Tomé un colgante al principio de este viaje que tiene grabada una espiral en un trozo de metal y una bola amarillo-naranja con una cuerda toda vieja. Las espirales  son parte de los cambios importantes en mi vida, África es el motor de todos ellos…Las espirales de Salomón.
Me agarro cada día a rituales, los churros en el café de Almanssia  es mi preferido, aquí escribo, me inspira.                                                                                                                                                                            ¿Qué nos empuja al suicidio…?
Anoche se oían los llantos contenidos de una mujer, un hombre la pegaba…
Hombres con gorritos de ganchillo y bigote, hombres hablando solos…
Que une a chicos guapos y jóvenes, con mujeres gorditas y maduras. El amor, el dinero.  Que importa mientras haya unión…
Voy a abrir la tienda, Malika vendrá más tarde.  
F. tendrás que enfrentarte a tu destino…
Ser protagonista de tu novela, te permite dejar ataduras morales, ser libre como un pájaro, pequeños rituales de supervivencia, los justos para sobrevivir. Antídoto a la locura.

Escape de la existencia...La unión con los personajes es tan fuerte que forman parte de tu propia vida, son tu familia, convives con ellos, comes, hablas, no estás solo.
Aquí sentada en una silla roja de plástico, delante de un café y un paquete de churros vacio, soy feliz, veo pasar el mundo, como un teatro. Me muevo del escenario, al patio de butacas. 
La vida me regala actos que yo agradezco.



He abierto la tienda, los maniquíes en la calle, tienen  identidad propia.                                                                                                                                      Malika se retrasa y F. no ha venido al café donde solemos desayunar. Creo que tiene miedo de encontrarla, o tal vez ya están juntos. Sigo tejiendo mi vida. Inchaalla.
Domingo día de oración para los cristianos.                                                                                           Encontré mis ancestros árabes y judíos cuando viaje por primera vez a París.
Vivía en Barbes Rochechuard, barrio árabe por excelencia. El mundo empezó a abrir sus puertas a un alma inquieta e inculta como la mía. Que nos hace ser de una cultura o de otra, el lugar de nacimiento, padres, países, etc. Elegí ser ciudadana del mundo, dejándome empapar de muchos orígenes. Que nos hace diferentes, qué interés hay en separarnos cuando  somos hijos de un mismo Dios.
Acabo de pasar por la puerta del sastre, su espíritu es blanco, desde que le conozco veo a mi padre en él…Es un imán de la mezquita, cose todo el día en su pequeño receptáculo azul.
Sus vestidos los viernes son más blancos.
Siempre que hemos convivido juntas la tres culturas, nos hemos matado, a pesar de los pesares, llevamos sangres mezcladas.
Malika, hija de madre judía, padre cristiano, tiene un nombre árabe.
Casualidades o realidades. Las culturas se vuelven a unir, como ríos que van al mar.
¿Salomón abuelo por qué te fuiste? ¿Qué te alteraba?
¿Qué fuerzas te movían por dentro? ¿Qué querías decirnos?                                                                                                                                      ¿Qué es la Fe?  Si se escribe con mayúscula, tiene que ver con Dios.
Ha llegado Malika, cerramos la tienda, vamos a tomar baisara.  Somos hermanas espejo. ..
Espero en el horno del pan mi turno, camino con el pelo suelto, vaqueros y gafas de sol de artista europea, soy una más entre chilabas. Hace calor quiero bajar al desierto.
F. todavía no ha aparecido, se le abran pegado las sabanas…
Veo que me has dejado sola atravesando los mares, bien tengo otra sorpresa… He encontrado a tú padre, me lo presentaron ayer, es una persona muy linda, su energía es luz, vive en Perú y se quedará aquí un mes.
Esta mañana he vuelto a encontrármelo en un restaurante, es vegetariano como yo, me ha contado muchas cosas. Sabes que Anna Laukkamen  y tu padre fueron amantes. Todos los años que estuvo trabajando en su tesis, tuvieron citas de amor. Por supuesto conoció a Malika, mantuvieron correspondencia durante años.
He preguntado a tu padre porqué está en África, creo que busca sus orígenes como todos.             Me ha dicho que se ha curado un cáncer, cambió su alimentación y dejó de comer pan.                  Toda una revolución. También busca el amor.
Tú abuelo se marchó de forma inusual, fue arrollado por un tren, existe alguna relación con el suicidio, fue un accidente, llegó a las vías del tren consciente.
Muchas preguntas sin respuesta.


         
Ya se están preparando las casas para el Ait (fiesta del cordero), limpian las alfombras y hornean pasteles.
Y tú sigues desaparecido…Malika va y viene a la tienda, está inquieta…
Estoy cansada, la tienda es una puerta al mundo, quiero ver el mar, pisar la arena del desierto, ver amanecer en las dunas, mirar las estrellas.                                                                                                          Llevo todo el día tejiendo, Almitra la tejedora.
Oun Kalthoum me acompaña.
Escucho el mar.
Hoy he dormido arriba con las olas.
 F. sé que estás con Malika, ¿dónde? No lo sé, pero seguro que eres feliz…
Necesito viajar al sur busco la espiral, creo que Reina y Neville pueden aclararnos muchas cosas sobre de la vida de Salomón.  Salomón y la reina de Saba.
Carta de Reina a Neville.
“Estoy dolida de nadar en la nada, de no oírte…me siento sola de caricias y besos… solo tengo el recuerdo de tus encuentros allí en el tiempo. Sabes que te quiero como a un lagarto eterno…desde la Prehistoria… te espero en los rincones de mi alma, cruzo el estrecho para besar tus huesos.”
Voy a Internet necesito un billete Madrid-Marrakech.
No sé dónde estás, ni con quien, espero que seas feliz.
Si quieres acompañarme en el próximo viaje al sur, vuelo a Marrakech para la fiesta del cordero, la luna llena, para conocer más sobre Reina y Neville.
 Un viaje de amor a través del tiempo…


“Viajo al Sur a llorar...
Había alquilado una casa de barro quería pintar tantos sueños
escapando del destino llegué…
cita con vistas a las caritas romanas
paseos por la medina con la luna llena sardinas té pasteles...era feliz
salimos muy temprano, sopa de judías en Marrakech
fundidos con los sonidos del desierto
almas unidas en proyectos comunes
amaneceres en las dunas
atardeceres en los caminos
nuestras manos se unieron hasta pegarse nuestras bocas con los espacios de barro...
mi amado venia por las noches a mi habitación...desnudo entraba en mi cama como un Adán… Así paso.”
                                               
F. sabes la persona que puede informarme de las costumbres cuando vivían las tres culturas es mi vecino, el señor del pelo blanco. Hoy me han contado que en la mesa de los cristianos no podías comer, pero sí dormir, al contrario de la de los judíos, podías comer pero no dormir. Estoy en la terraza de la casa barco, el mar es azul perla, corre un viento cálido, tengo el pelo suelto, me siento en paz,  como si de un parto se tratara, descanso…
Me gusta la luz aterciopelada rosa de la habitación.
He cocinado dejándome llevar por lo sencillo.
Dos caballas frescas, un fondo de aceitunas, verdes y negras, un chorrito de agua, se tapa y se deja cocer por veinte minutos, puedes acompañar con unas remolachas cocidas en rodajitas. Una receta sencilla, pero exquisita, el sabor es autentico, puedo imaginármela en muchas casas de esta medina.
Estoy en la tienda Malika vendrá más tarde, creo que ella sabe dónde está F.                                  
Voy a tejer.                                                                                                                                                                            He tejido toda la tarde. El señor del pelo blanco ha pasado delante de la puerta tan elegante como siempre. Quiero preguntarle por las tres culturas, creo que sabe mucho de las costumbres de los judíos en Asilah.
Malika no ha aparecido por la tienda, creo que F. se ha marchado. Me siento un poco sola y para colmo me he caído, con este golpe en la sien estoy un poco mareada.                                                            Hoy duermo con las sábanas blancas. Los niños juegan al futbol en la calle. Me siento tan bien en este pueblo, algo me sujeta desde el más allá, no sé si es mi infancia o mi abuelo.
No he hablado casi nada de Irístia, mi abuela, pobrecita era muy joven cuando dejó África.            Con cuatro hijos, tres varones y Reina la más pequeña, apenas dos años.                                   Llegaron a Paris y se instalaron en Montmatre en una habitación de veinte  metros cuadrados y un servicio compartido. Tenía algunas joyas de mi abuelo que la ayudaron para alimentar a la familia. Mi madre Reina nunca la vio llorar, creo que se le secaron las lágrimas cuando dejó el mar.
En el estuche de su flauta travesera, estaban las cenizas del demiurgo Salomón.                           Nadie sabe dónde ha ido a parar esta flauta.                                                                                                         Los últimos años de su vida los dedicó a pintar Al batros de todos los colores.                                                                                                                                                                            Mi madre Reina heredó esta manía, también pinta pájaros, pero  esto es otra historia…
Si Salomón era el Rey de los Judíos, Irístia merece ser la Reina de Saba.
Querido F. estés donde estés, que sepas que el próximo viaje que ya está cerca, tienes reservado el asiento del conductor.
Despierta Almitra soy tu abuelo Salomón…
Tengo la sensación de que estás aquí salgo a las calles a tu encuentro.
El mar está calmo, gris perla, te acaricia el cuerpo.                                                                                        Voy a encontrar la casa de mi abuelo Salomón. Por alguna razón del destino hay una casa en este pueblo que me atrae. Siempre he sabido que he vivido en ella.  
Es una casa redonda y tiene un pájaro en la puerta.
Yo la llamo la casa del gallo.           

          

Aquí vivían mis abuelos, tenían un pequeño local de joyería y un restaurante, más bien casa de comidas y pastelería. El horno del pan estaba en la calle de al lado, allí cocían los panes dulces trenzados, que tanta fama tenían en la medina. Sus ingredientes eran conocidos, harina, azúcar, levadura, sésamo, pero tenía un secreto que no desvelaba a nadie, creo que era agua de azahar. Puedo imaginar que estos panes fueron prohibidos  y para seguir con la tradición se adornaron de frutas escarchadas de colores, con una sorpresa dentro, aquí tenemos los roscones de Reyes de los cristianos.
 Las relaciones entre las culturas y la comida son muy interesantes. Los panes de mi abuelo se llamaban “Los panes del Rey Salomón”.
Creo que mi abuelo era un Al batro, alma libre, como yo, abierto a nuevos pensamientos.               Sus diseños estaban llenos de espirales…                                                                    
Estoy tomando café con churros, te echo de menos.
En la calle donde estaba la pastelería y el horno, había colas para comprar los panes trenzados de mi abuelo.
Los fines de semana venían desde Tánger con coches de caballos a llevarse los panes. Poco a poco dejó la joyería para dedicarse exclusivamente a la cocina.                                                                        Los tres varones ayudaban a mi abuelo en las tareas del horno, los panes se hicieron tan famosos que les atribuían propiedades curativas contra el reumatismo, gracias a esa sustancia secreta que se convirtió en el maná.
Lo que más recuerdo son las tardes de Sabbat, los sábados venían mis amigos de la madraza  a comer los pastelitos salados que preparaba mi abuela Irístia.
Malika con su madre Anna, y mi abuela con su flauta travesera, canciones… bailes éramos felices.
Ellas se quedaron  apenas unos meses en Asilah, pero fueron muy importantes en mi vida.
Después de tantos años nos volvemos a encontrar, Malika y Almitra, relaciones espejo.


Mi abuelo era muy querido en el pueblo, ayudaba a los pobres, toda la comida que quedaba al final del día, se la repartía a los hambrientos. También le tenían mucha envidia, llegó pobre y en cuestión de diez años hizo fama y fortuna. No creo que fuera la envidia ni los celos el motivo de su suicidio. Tengo que investigar más allá, llegar a los tiempos de la Reina de Saba.
La casa de una amiga me ha transportado al pasado, un pasillo central con cinco habitaciones alrededor, un tragaluz en el centro como en las casas del desierto. Arriba una cocina con vasares de obra rematados en madera pintadas de verde. Es una casa de origen judío que recuerda a casas de los pueblos españoles.
He sentido a mi madre allí, será por el color verde…la energía central de esta casa es lo que la sujeta.
La Reina de Saba hizo mil kilómetros a través del desierto para ofrecer al Rey Salomón muchos kilos de oro, pagaba la paz entre los dos reinos. Fue el destino quien les unió o fue el amor.
La ley de la atracción, también ocurre con las casas y con los países.
Mi amiga restaura muebles, dice que llevan la personalidad de los dueños.
 De los pocos objetos que me rodean, está la mesa de Frank y una cajita de piel de serpiente, otra de cuero negro muy desgastado de mi madre, unas maletas antiguas con fotos, diarios y carpetas con dibujos.  Con una vida de Al batro no es fácil tener objetos. Una simple mesa se convierte en testigo de tu memoria, le pones un nombre, “la mesa de Frank”, con todo lo que este simboliza… Cuantos secretos contienen los objetos, así como las casas.

No es fácil investigar sobre el pasado, las personas se cierran quieren olvidar. No podemos olvidar los malos actos.
Vuelvo a las montañas dentro de tres días, al nido de piedras, emprendo un nuevo viaje al Sur, todavía no sé si sola o acompañada.
Desde que he sacado el billete, ya no estoy aquí, quiero respirar en el desierto efímero, seguir los pasos de Reina y Neville.         





“Viaje de vuelta, pegada a su carne hasta el otro continente
donde desapareció en la noche tras el humo del autobús...”

Miro el mar cada mañana, como un reloj, me levanto, azul, gris, calmo.                                                   Al batros, palomas, pájaros pequeños negros, chimeneas, con horizonte infinito, lloro.                                                                              ¿Quién soy?  Ruge el mar como un león.  ¿Qué pasó abuelo con tu alma?                                                      Tu padre me recuerda a mi abuelo Salomón. Ayer entró por la ventana de la cocina, un gato a comer los restos de pescado de la basura. Era mi abuelo, su espíritu.                                                                  Los animales nos hablan, el mar, las montañas, son seres vivos.                                                                                                   Que calmo está todo desde las azoteas.                                                                                                                         La brisa trae el olor de las dunas.                                                                                                                            Bandadas de pájaros cruzando el Atlántico.                
“Cantar de los Cantares”                                                                                                                                                Dicen que mi madre Reina venía al café Almanssia, como yo con un cuaderno, creo que era su diario. Que yo sepa era artista, vivió en Paris y largas temporadas en Marruecos. Todavía  quedan restos de sus pinturas en las calles de la medina de Asilah, Reina estuvo un verano en la casa azul, pintó pájaros en sus muros, estaba enamorada de Neville, un escritor inglés. 
Fueron amantes, en la maleta de diarios de mi madre había, muchas poesías testigos de ese amor.
Me voy a comer los churros que se me enfría el café.
“Reina llegó a Tánger desde los mundos extraños de su Universo perdido. La amante, la soñada, la errante serpiente dormida. He surcado montañas, te siento, me confieso descalza en tu almohada, te quiero sin máscaras, como en las calles de la medina, volando sin rumbo, caracoles afrodisiacos en las noches africanas.”(Diario de Reina)
Reina la hija pequeña de mi abuelo Salomón y mi abuela  Irístia fue una niña buena y mimada.   Tenía un espíritu libre, hablaba con los animales sobre todo los pájaros, los pintaba allí dónde iba, se convirtió en una obsesión, al igual que el abuelo con las espirales.
Y al igual que su amor por Neville.
“quería desaparecer de este mundo, solo la idea de ser nómada
de escapar con una cabra al desierto me reconforta
he llorado tu ausencia, el apego, la adicción a ti, me he superado
¿cómo?  Pintando…
He ido a la cueva me he escapado de mi vida...
he renacido una vez más...sí te quiero todavía
tú me quieres a tu manera, quizás una nube, un pensamiento, un enfado
no quiero sufrir por amor… que ilusión.
He trabajado mucho ya te enseñaré
puede que estés en el desierto, ámalo por mí
yo estaré en la casita azul...pronto
amando al mar… ungiéndolo con ambrosia
Me imagino que el suicidio de tu padre te deja huella para toda la vida. Perdida buscando los porqués, te sientes culpable, al mismo tiempo que le odias. Reina era muy pequeña, pero la pena se quedó en su memoria.
Mi abuela Irístia abandonó la fe y la religión, no transmitió ningún rezo ni fiesta judía a sus descendientes, como un castigo Divino se hizo atea.               
Fue en los viajes a Marruecos dónde Reina empezó a sentir sus raíces hebreas, sobre todo en el desierto.
“…bailo en tu corazón y tú en el mío                                                                                                                        quiero restaurar la casa del  padre Salomón,                                                                                                                tocar la tierra de tu alma hebrea                                                                                                                                  sencilla lluvia…en el desierto                                                                                                                                    tapiales infinitos levantados…barro y paja                                                                                                                 besos y abrazos templados por el sol de invierno                                                                                                                       agua en el cauce del río Draa… Volverán los cocodrilos…                                                                         Nuestros corazones abiertos descansan en el desierto.”                     (Diario de Reina)


Su primer viaje fue conmigo, yo tenía diez años, no recuerdo mucho ese viaje, solo algunas referencias en sus diarios. Hizo otros viajes con Neville.


Carta de Neville.
“el sol empezaba a declinar por el oeste, el mar ahora quieto sin apenas ondulaciones se asemejaba a un espejo impoluto donde nuestras almas vacías se reflejaban, limpias de desasosiego luchaban por iniciar una nueva vida.
Sentíamos en nuestros pies la fuerza creadora de África, el sol en su último rayo nos inspiró alegre sinfonía de renovación.
Europa nos oprimía, con sus convencionalismos, con sus esclavitudes económicas, con su mediocridad y arrogancia.
Nos miramos a los ojos, nos sentimos capaces de cambiar el mundo, de romper los lazos con nuestro pasado. Sin palabras le besé suavemente por toda la cara, su cuello delicioso, nuestras manos muy apretadas se soltaron, y juguetonas acariciaron nuestras espaldas mientras nuestras bocas se unían. La quité la camiseta y el sujetador, la besé suavemente los pechos, sus pezones erectos,  mis dedos delicados se perdían entre sus piernas, la excitaron, mi lengua siguió viajando por su maravilloso cuerpo desnudo hasta saborear sus entrañas. Reina jadeaba, volaba mágicamente entre las nubes, deseé como nunca hacerla feliz, penetrándola solo pensaba en su gozo, murmuraba hermosas palabras de amor, sórdidas palabras de sexo. Dentro de ella la oí gritar mi nombre, se deslizaba por un maravilloso mundo de sensaciones, todo su cuerpo vibraba, amaba, me deseaba, aminoré el ritmo. Fantaseé  sobre la casa, nuestro  futuro, viajes por el desierto, su nuevo taller, nunca volveríamos a Europa, la apreté contra mí, jamás me separaría de ella, una inmensa felicidad me invadió, deseé hacerla la mujer más feliz del mundo, disfruté excitándola, mi cuerpo ya no me pertenecía, era suyo. Su cara pletórica de gozo susurró palabras de amor, era todo placer, henchidos de un verdadero sentimiento de amor, prometimos que nunca dejaríamos de soñar juntos...” 
Neville W.

Mi madre sentía una atracción ancestral por el desierto, buscaba mensajes en las estrellas, los pájaros le hablaban, las casas de barro la acurrucaban. Habla en sus diarios de una casa, Dar Malika, dice que era la casa de sus sueños.
“Tengo ganas de ti de tu sed…de tu agua, desierto abre las puertas a mi alma, sentada en la arena donde las palmeras se juntan para dibujar el horizonte te espero…cielos azules llenos de estrellas gracias…”(Diario de Reina)



                                                                           
Hace un día precioso, el sol cálido y tierno, he dormido muy bien, este clima me consuela,  soy feliz. Sentada en la silla azul en la calle de la tienda, soy etérea, veo  los niños que vienen de la escuela.
Fui con mi madre y mi hermano al desierto en un coche pequeño, negro y descapotable.                 Su alma quedó enterrada en la arena, pero su cuerpo está en el cementerio judío de Marrakech. Pasó los últimos años de su vida en la ciudad roja pintando pájaros hasta el final de sus días.
Tenía un restaurante-galería en el  Mellac, cerca de la Sinagoga, volvió a sus raíces. La casa era muy grande con un jardín de palmeras y buganvillas. Reina se reconcilio con sus tradiciones hebreas, aprendió su cocina y celebró sus fiestas.                                                                              
El restaurante se llamaba Balkis, en homenaje a la Reina de Saba.                                                                       
Fue Neville quién enterró a mi madre, también llevó la espiral del abuelo al desierto.                       
Me  gustaría encontrar esta joya, estoy segura que tiene un mensaje de Salomón…
La cocina es el arte de mezclar los sabores con la historia. Platos salados, dulces, prohibidos, recetas escritas, boca a boca trasmitidas de madres a hijas. Poesía de paladares. Tener mano.
El sastre blanco sale a rezar a la mezquita.
Soy pájaro inquieto quiero llegar al nido, reponer fuerzas para emprender el siguiente viaje.
La estrella de seis puntas de la cultura hebrea, he visto la casa con la estrella judía, es una ruina preciosa, una puerta de medio arco con una estrella de seis puntas. Tengo que hacer una foto, le voy a preguntar a Mauricio, seguro que me acompaña. La estrella de cinco puntas de los musulmanes, también las ponían en las casas. Puedo suponer que las estrella de los cristianos es la cruz, que es una estrella de cuatro puntas o podría ser el triangulo que es una estrella de tres puntas.



La espiral de Salomón quizás tenga un misterio oculto. Simbolismo de la existencia. Objetos con historias, cuentos y leyendas. Mensajes subliminares de otros planetas. Quien somos, a donde vamos, de dónde venimos.                                                                                                                                   Enigmas universales.
Hace un año fui al cementerio judío en Marrakech, tome una baisara, empecé a llorar sin causa alguna, solo lloraba, estaba sola, rodeada de energía…
Ahora sé por los diarios de mi madre que está allí enterrada, pondré piedrecitas de amor sobre tu tumba.
El próximo miércoles te lo prometo que llevaré tus piedras que he encontrado en la playa del pueblo dónde naciste.
El amor es una energía sin límites, sin espacios, viaja a través del tiempo, entre continentes.
El abuelo Salomón no se conformó con ser rico y famoso, tuvo que transcender, ir más allá de lo conocido. Pero me pregunto para qué, a dónde nos quería llevar.
Estoy nerviosa quiero saber más. Quiero salir del laberinto.
Me regalo una puesta de sol amarillo dorado. Quiero arrancar la realidad de mi corazón. Cuando el alma está herida te desgarras por dentro, delante de mis ojos en el otro lado del espejo, está el mar brillante, limpio, maravilloso, a este lado estoy yo con mi alma inquieta.  He ido con Mauricio a ver la puesta de sol, tenía que hacer un masaje estaba nervioso, he vuelto a la casa y desde la terraza he mirado el cielo con nubes naranjas  dibujando el infinito.
En casa de mi amiga, la restauradora, hay tres tuberías donde llega el agua de lluvia que va a parar a un aljibe. Está arreglando unos muebles que compró desvencijados y llenos de barro, para la casa judía. Me ha invitado a cenar, berenjenas en tempura.
Almitra atrapa el tiempo en cada viaje para no morir.
F. dónde estás, te echo de menos, me quedan dos días, voy de vuelta a las montañas, descanso apenas unas horas, vuelvo al Sur, al desierto, a las arenas calientes, a los dátiles, al amor…
Encontré esta canción “Vuelvo al Sur” de Piazzola, en las maletas de mi madre. Su letra me encanta, habla de amor al Sur…”Vuelvo al Sur, así como se vuelve siempre al amor, soy del Sur…
De momento sigo con el ritual del café con churros.                                                                                     
Seres anónimos en sillas de plástico.
Qué nos hace inmortales…la fama, la fortuna, la herencia, la raza, el orgullo. La inmortalidad del Alma.
El amor. Mortal e inmortal.
Cuando desaparece el tiempo nada permanece.                                                                                          Salomón es inmortal está en la memoria de la historia.                                                                               Hay personas que viven dormidas y otras que las despiertan.                                                                                                                                                       Todos llevamos nuestra locura a cuestas.                                                                                                                 Qué nos hace seguir…la espiral…el laberinto.                                                                                                     Somos seres tejedores de historia.                                                                                                                  Perdidos en el laberinto…morimos. Nuestro espíritu busca otra espiral, células en movimiento, casi invisibles dentro del Universo. Tantos mundos dentro de un mundo.
Siento  morriña F. espero compartir el próximo viaje.  Me imagino que el encuentro con Malika te ha movido por dentro. Encuentros y desencuentros.
Gracias por crearme, me siento realizada, me han hablado los ancestros…
La fiesta del cordero es una tradición tan antigua como los Reyes Magos de Oriente de los cristianos. Tres mil dirhans cuesta un cordero, tanta carne tan costosa.
Me gusta que en la India no se coman las vacas. Cuando dejemos de comernos los unos a los otros se acabarán las guerras. Grandes pensadores eran vegetarianos.
Phoenix ayúdame a levantar las alas.                                                                                                                    La realidad supera la ficción.
Tengo que separar mis emociones Plutarcas, como en el “Cantar de los Cantares” lo hacían  Salomón y Sulanita.                                                                                                                                             
Vivimos, morimos, amamos, nos perdemos.                                                                                                       Somos seres con energías paralelas buscando nuestros destinos espejo.  Como una burbuja me muevo…                                                                                                             
El mar me llama.
Me voy tranquila dejo el hijo instalado, tiene un nido.                                                                                          Dejo África, mis ancestros me han hablado, estoy más tranquila,  han sido días intensos.
Rituales que me alimentan, amistad, amor, mar, puestas de sol.                                               
Recibo un corazón de plata de una amiga, entrega que agradezco a la Diosa Ventura.
Amanece, los almuédanos gritan tu nombre a la luz de la luna…la llamada a la oración me cautiva, me da paz.
Otra  casa judía en medio de la medina, junto a la muralla, su centro lleva agua.                          Aljibes, úteros, refugios con memoria. La gata del pintor vive en la casa, cuando está preñada entra a parir. Seguro que lleva el espíritu de algún morador de otro tiempo. Mi amiga es murciana, hermana de Ibn Razin al Tugibi, de madre judía, desentierra sus raíces.
Frente a la casa de mis abuelos, pienso en Irístia…con cuatro hijos y una flauta, enterró el pasado y a ella misma en Montmatre. Paris, grandes pintores, mi abuela se adaptó rápidamente, cambió la flauta por la pintura, hacía retratos, tenía un don…posaba para pintores que se hicieron famosos. Irístia aparece en los primeros cuadros de Picasso,   “la mujer que plancha”  es mi abuela, encontré una foto en las maletas de mi abuela Reina.  Nunca se volvió a casar pero tuvo amantes…quería olvidar a Salomón.
Sus hijos varones se instalaron en Israel y Reina siguió los pasos de su madre, estudio Bellas Artes en Paris, se casó con un afro-americano y se trasladó a Nueva York.
Cuando la realidad supera la ficción, todo se balancea, nos sentimos atrapados en vidas paralelas. Un hilo conductor nos sujeta, como cometas, volamos sin rumbo.                                                                      Citas en las esquinas.
Me despido de este pequeño pueblo, soy Almitra, mi corazón late, adiós mar.
No puedo reprimir mi ansia de ti.                                                                                                                               Voy al desierto… camino al amor.



Encontré estas palabras en un diario de mi madre Reina, escrito por Neville.
“Amaba Tánger al mismo tiempo que le amaba a él.
Le seguía como un pájaro sin nido.
Amores prohibidos de novela amparados por la historia.
Hola y adiós en el puerto  abrazos en la medida que el tiempo nos dejaba
El era escritor  buscaba información para una novela.
Yo su amante y musa inspiradora.
Mil y una noches nos acompañaron.
Trescientas lunas encontraron nuestras almas
un amor fortuito lleno de originalidad y sueños.
Después de un tiempo epistolar nuestro tercer encuentro fue en Tánger.
Me había pasado la semana en vilo nerviosa por su llegada
recibiendo mensajes a través de las olas,
llegó como el verano de repente…
caliente como un caballo en celo a mi cama.
Como despedida una actuación directa del decrepito paso del tiempo que nos regala el teatro Cervantes.
Su escenario lleno de sillas rotas polvorientas
testigos de operas sublimes. 
Como un murciélago recorrí los palcos abandonados
mirándole... disfrutándole...
mi amado buscaba al zorro amante secreto de Juanita Narbona
yo el amor...
llegando a casa encontré sabanas y almohadas llenas de su olor
me puse su chilaba blanca
y en la misma cama donde la noche anterior
fuimos carne uno del otro hasta saciar nuestro instinto...me dormí.”


Robaban el amor a los años o al tiempo. Como Al batros de almas libres, no querían casar sus destinos. Su idilio como el “Cantar de los Cantares”, su amor una aventura.
Neville estuvo con Reina hasta el final de sus días, no como mi abuelo…                                                                                           Reina estaba enamorada, Neville se dejaba querer.                                                                                          Todavía recuerdo a mi madre en la terraza de la casa barco, mirando el mar, hablando con los pájaros, le traían mensajes de Neville a través de las olas, las mareas y el viento.                                                       Su amor era etéreo y mágico…                                                                                                                                       ¿Es un último acto?
Somos islas flotantes en diferentes mares.
Tú tienes palmeras, yo estoy desierta desde que te has ido mi vida ha dado varias vueltas
ahora estoy perdida...en un pozo sin fondo, caminando hacia el abismo tengo miedo
no sé a dónde ir...solo tengo lágrimas
.
F. he visto a Malika en una fiesta Guinawa, en casa de mi amiga restauradora, hemos bailado hasta hartarnos. Mañana inicio el viaje de vuelta.                                                                                                                  Llevo tanto tiempo pensando en el suicidio, como mi abuelo Salomón.
“Solo se va quien es olvidado”                                                                                                                  
Mi familia olvidó por vergüenza al abuelo Salomón.
Yo quiero recordar, al que daba de comer a los hambrientos, al sanador, al joyero, al suicida.                                                                               
Yo, Almitra, joyera, restauradora, te invoco a salir del anonimato.
Con esta luna nueva creciente dejo Iberia para volver  a África. Cogeré un pájaro metálico hasta Marrakech.
Me despido de este pueblo, de este viaje y de esta puesta de sol espléndida.
¿Qué es la vida? ¿Qué es la muerte? Un gatito blanco agonizando, acaba de ser atropellado.   
Viajo al Sur, ciudad roja, cementerio judío, encuentro con la madre Reina.
Cena con amigos, auténtica mesa sefardí.  Ajvar, paté de berenjenas y pimientos, ajo y aceite de oliva. Me imagino a mis abuelos preparando el Ajvar  a mano y en mortero.
Me pregunto por qué Reina,  eligió la ciudad roja para instalarse, que la llamaba, que encontró, que la hizo enraizarse.  Mi madre al contrario de mi abuela Irístia, no quería olvidar, buscó a sus antepasados, se hizo Reina. También llevaba una sortija de cobre con forma de corona, como llevaba tu madre, F. será una señal?  Ambas eran hebreas, seguro que se esconde  un secreto, buscaré en los mercados.
Tengo una sortija de cobre que me acompaña en cada viaje, la compré con mi hija en Asilah.              Me da buena suerte, es curativa contra el reuma, como los panes de mi abuelo Salomón.
Estoy inquieta en la ciudad roja, no sé que voy a encontrar en este viaje al desierto, mis ancestros me hablan, tengo miedo a perderte.                                                                                                      Rodeada de tumbas y palmeras. Tengo una cita con el destino.

Reina y Neville querían ir al desierto… para enterrar su amor.  Sería su último viaje.
Sus encuentros clandestinos llenaron años en sus vidas.                                            
Carta de Reina.
“Hicimos el amor sin penetrarnos sentido hablado susurrado soñado de antes de siempre…desnudos sin pudor viajamos agarrados de las manos nos elevamos al cielo y tocamos las estrellas, mis pies se hundían en las dunas, palabras eróticas surcan mis caderas me enciendo, me muero, te siento desde entonces antes de la hamada cuando el Draa era mar salado, me abrazas desde la orilla hasta dentro, transformo el amor en poesía…”
                                  .                                                                                                                                                                                                      El Acas de sus conciencias se movía como un torbellino.
¿Qué te impulsa a realizar un último viaje?  ¿Qué te lleva al desencuentro?                                                                                                          ¿Qué ánimo te sujeta para no caer en los abismos? ¿Quién te salva de la locura?                                                                                                                                                                                                       Estoy nerviosa  F. necesito hablarte, mirarte a los ojos, que me acompañes.              
 La nobleza del alma cura nuestras heridas.
                                                                           
Hace años la casa de mi madre Reina se quemó por una cocina de gas.                                            Mohamed el actual propietario nació aquí, sus padres eran del Sahara Occidental, se la compraron a una familia judía, claro está que es Reina quien vende esta casa a la familia de Mohamed.        Eran herboristas y médicos de sueños.
La casa rodeada de cigüeñas nos acoge con una paz de antes, que se transmite de generación en generación.
La pira de Salomón, se une a la pira de la casa. Nos elevamos como el  humo de las pipas de kif.
Mellach, el barrio de la sal. Los judíos traían la sal del Atlas, para curar las heridas del alma.
Madre, he dejado cinco piedras del mar, encontradas en el pueblo dónde naciste, están sobre tu tumba.
Te agradezco tus sacrificios de mujer buscadora de raíces ancestrales, libre como Al batro y elevada como la ceniza. Te fuiste como el viento.
Estás vestida de negro, te quiero.
F. ya sé quién era el pájaro negro que se posaba en mi cuerpo desnudo, era Reina, mi madre.
Junto a la tumba de Reina, está la de Raquel Cohen, una niña que apenas vivió diez años. Tengo una intuición extraña, creo que Raquel murió quemada en la casa de Reina.
He descubierto las estrellas de ocho puntas, en la casa de mi madre. El hexágono, dos cuadrados superpuestos, la doble perfección.
Toda la noche han ladrado los perros, el rey del fuego enciende un cigarro. A dios ciudad roja, camino al desierto y al encuentro.
Invoco al chamán a confesar… que pasó en casa de Reina, que le pasó a Raquel.
Tengo una cita con F. en la puerta Bab Agnou, vamos al desierto. Creo que tiene que contarme que pasó en Marrakech.
Sentada  entre tres arcos, rodeada de nidos de cigüeña, como  un nacimiento, arcos esculpidos en la piedra, quinientos años atrás. Huele a miel y a azahar. Si no fuera por las moscas que me acribillan las piernas, todo sería perfecto.
F. salimos al desierto desde la puerta. Porqué estamos conectados? ¿Qué lazos existen entre nosotros? Que nos identifica? Por qué nos une el destino?
Mabrouka.
La espiral y la montaña corazón me saludan, gracias.                                                                                    F. eres mi guía, ambos buscamos nuestras almas.                                                                                   Yebel Kissane nos  recibe con un tornado que ha levantado todas las bolsas de basura al cielo, como si fueran estrellas.
Piedras volcánicas como puertas que abren caminos. F. estamos llegando a casa.
Ha sido un viaje muy corto, hemos hablado mucho de Reina y de Malika, ambas vivieron parte de sus destinos en el desierto.
La última vez que Reina viajó con Neville  encontró la espiral de Salomón en Dar Malika, leyó el mensaje de su padre.
F. has vivido aquí con Malika, fue tu gran amor… Encuentros y desencuentros del destino.
“La puesta de sol me llena el alma
el sonido del mar mi espíritu
tu recuerdo mi corazón
que mas pudo pedir para ser feliz
mi casa barco se mueve entre las olas buscándote...”

Desde hace un tiempo Reina no se sentía amada por Neville, él  la acompañaba, pero no la amaba. Era parte de sus proyectos más deseados, compartían historias, libros y sueños, pero Neville no la amaba. Ella empezó a sentirse triste, con una tristeza profunda que la quemaba por dentro.
Este último viaje sirvió para enterrar el amor de Reina entre las dunas, no volvería a ver a Neville, hasta los últimos días de su vida, pero esto es otra historia…
 F. has vivido aquí con Malika, fue tu gran amor…
Malika  vivía en un Kasar muy pequeño del Sur de Marruecos, frente a un rio…su casa como un nido de barro, era pintora. Pasaba largas temporadas en este pueblo, la inspiraba la nada y el silencio. Dar Malika, como llamaba a su casa, se asomaba atrevida a las dunas del desierto.
Almitra , yo estaba fascinado por esta mujer, la observaba desde lejos, sus movimientos como los de un pájaro, se clavaron en mi corazón. Las noches eran mágicas, nuestros cuerpos permanecían juntos como granos de arena, mis manos la tocaban, ella respiraba amor por sus poros. Su carne era mi carne. La felicidad me hundía en abismos por esta criatura divina, estaba enamorado hasta el tuétano.
Malika era una serpiente escurridiza…
Arropada entre el barro, lloraba, se desgarraba, Reina quería morir, buscaba la serpiente en Dar Malika, para no ser engullida. Los pájaros la hablaban, la consolaban, Reina no llores que la vida es larga…
F. aquí sentada, en esta casa, dónde se sentó mi madre Reina y Malika, tu amante, me emociono, las lágrimas caen por mi tela morada, lágrimas de serpiente enamorada, invadida por las historias de otros, amar sin ser querida.
Almitra llora hasta llenar de lágrimas el rio Draa.      
Llora tanto que los pájaros alborotados cantan…
Sentada en las ruinas de la casa de mis sueños, me despido.
Tengo ganas infinitas de desaparecer, caminar a las dunas, enterrarme…
Dicen que han visto una serpiente en las ruinas de Dar Malika, es un alma encarnada que habita en sus muros eternamente… Aquí dejaron su alma, mi madre y Malika, yo dejo el amor.
Almitra no llores, limpia tu cuerpo por los nuevos caminos, no te pares, sigue, tienes tanto por descubrir, la vida está llena de sorpresas. Déjate llevar por las corrientes, anda no tengas miedo. Usa tú mayéutica.
Cuando vine a ver a Malika a este pueblo perdido, mi alma estaba triste, quería ser libre, no atarse al amor, yo la adoraba, no entendía el por qué de su desapego, quería poseerla en contra de su voluntad, atarla a mi cuerpo para siempre. Ella como una serpiente se deslizó por los muros de barro y se fue a las dunas.
 Allí dejé a Malika...
Entiendo cómo te sientes Almitra, este viaje para mí también es importante. Me mueve por dentro, tenemos los dos que colocar muchos sentimientos. Inchaalla.
Almitra, si nos invade el miedo, perdemos la esencia.
Entre arena, muros de cemento y tarajales, esto es lo más parecido a la nada que conozco.
F. estoy en mi soledad, mirándome por dentro. Estos espacios infinitos me conectan con lo telúrico, me siento pequeña, también mi pena.                                                                                                          Soy Almitra, un pequeño ser en esta inmensidad.                                                                                 Troncos secos de palmeras de otros tiempos, aquí sentada en seco rio, es dónde existo…                Me mimetizo con mi esencia animal, soy pájaro o serpiente.                                                                       ¿Reina dónde estás? ¿Qué buscabas en este desierto? ¿Por qué llorabas?                                      ¿Quién era Raquel? ¿Encontraste la espiral?  La serpiente dormida es la espiral.
Malika vino a buscar la serpiente, encuentra la espiral del abuelo Salomón.
F. ya sé porque mi abuelo se suicidó.                                                                                                                         La espiral tiene un mensaje grabado por la parte de atrás…”para salvar tu descendencia tienes que hacer una pira hasta encontrar la serpiente”.
El abuelo se quemó, hizo su pira, Raquel murió  en la casa de Reina, también hizo su pira.                      Malika encontró la serpiente en su casa del desierto, sacrificando su amor…                                           Neville volvió para enterrar a Reina junto a Raquel, en el cementerio judío de Marrakech.                                   Raquel era la hija de Neville y Reina, mi hermana que siempre he buscado…
Y yo F. que hago aquí, ya he conocido el porqué de tantos sacrificios.
 ¿Que he venido a buscar, la espiral del deseo, la serpiente o el laberinto?                                                                                                                 
¿Qué soy para ti F.?                                                                                                                                              
Al otro lado hay un  camello blanco. Me tumbo en la arena, dejo que el aire barra mis heridas. Tengo un príncipe encantado a mi espalda, el camello blanco me dice, “vienes en busca del amor…”                                                             El amor a la nada, si me pica un escorpión, voy a la nada, sentada en la arena estoy en la nada.                 Soy nada F.
Anoche viajamos con las estrellas.



3 comentarios:

  1. El final de la espiral es el principio...

    ResponderEliminar
  2. Malita ahí va mi correo. Pilarsommar910@gmail.com

    ResponderEliminar
  3. He pasado una magnífica tarde leyéndote.
    Empecé por Mauritania,y acabé volviéndolo a leer.Me gusta lo que escribes.
    Sigo sin recibir tus correos.
    Abrazo desde la campiña cordobesa

    ResponderEliminar