F. me siento feliz de compartir este viaje contigo.
Tomemos un café en el Almanssia.
Sentada en una silla de plástico roja…sabaah al khaïr,
salam aleikum, labas aleit, saludos eternos mil veces compartidos, son como
cantos de Al batros.
¿Quién soy? ¿De dónde vengo? ¿Por qué existo?
Disfrazada con
vestidos de otras culturas, busco en mi pasado.
Este pueblo es como una familia, me acoge como una
madre.
Al baha. In all
baha yunadiny (corregir) “el mar me llama”.
Existen conexiones desde tiempos del Rey Salomón.
Sabes una cosa Almitra, a mí me pasa algo parecido
cuando cruzo el estrecho, los poros de mi piel
se abren a la memoria, me empapo de recuerdos. Desconozco si existe
algún vínculo con mis antepasados en África, pero estoy seguro que he vivido
aquí en otras vidas.
Tengo un presentimiento, ese sobre que has encontrado
a nombre de Anna Laukkamen, en el remite tiene un sello de la Facultad de
Derecho. Mi padre era abogado y estudio en Madrid. Podría conocer a Ventura
tenemos que investigar si hay algún vínculo entre ellos.
Crecemos…
¿Si somos hijos de Dios que nos hace estar en la
cuerda floja?
Entre abismos nos movemos
rápido para no pensar. En deuda con los ídolos nos alejamos del centro…buscando
a los demás. Solo la gran familia humana nos salva…tanta prisa por andar queremos besar la tierra, sin tocar el cielo.
Perdidos sin rumbo, secuestrados en rituales sin corazón. Se me hielan las
entrañas, pido permiso divino para mirar atrás.
Viernes día de oración, gris,
ruge el mar…
F. tengo ganas de escapar de mi destino…
Voy a pasear, escucho las olas, siento la llamada de
Salomón, “Malika y Salomón”
¿Quién era Malika?
Acaso fue su amante.
La Reina Malika y el Rey Salomón… fue su ángel.
Almitra no podemos escapar de nuestro destino, está
escrito.
La vida es un
laberinto con muchas puertas, hasta encontrar la de salida…tu destino.
F. he leído en un diario un sueño, estaba desnuda en
el desierto y un pájaro negro con pico amarillo se posaba en mi cuerpo…
Almitra estabas huyendo… cansada y dormida en la
blanda arena, busca en tú recuerdo.
¿Quién era ese pájaro negro?
Vamos a tomar un café.
El mirador nos regala una
imagen preciosa un cuadro de una adolescente vestida de rosa mirando el mar,
con el horizonte en sus caderas.
Hasta el final de esta historia no sabré los motivos
que se llevaron a Salomón.
Dos gatos blancos corren por
la puerta del mirador.
En la madraza los niños
parecen pájaros cantando. Almassia, Alyasira, los “al” del mundo árabe.
Hombres que empiezan el día
fumando kif, en rincones de cafés con mesas y sillas de plástico.
Otros
vestidos de blanco se dan cita en las mezquitas, rezan, buscando a Dios.
Cuando veo las mujeres con las chilabas y pañuelos en
la cabeza, me siento diferente, quiero llevar
velo, ser como ellas…
Nuestros actos, vestidos,
costumbres nos diferencian e introducen en extrañas cajas DNI. Alyasira habla de misiles, bombas, tanques, este mundo
de la guerra que desde tiempos remotos tiene un atractivo increíble para los
hombres, hablando por la caja TV, el mundo encerrado. ¿Por qué la paz no interesa, no vende,
no da dinero? Todos
estamos en el mismo Universo, Guerra y
Paz.
Almitra estás sola en un café… buscas el por qué tu abuelo se piró un viernes de
oración delante de la gran mezquita. Por llamar la atención de un mundo
insensible… fue la locura, el amor, la sangre, los celos.
A veces te siento tan cerca de los abismos que pierdo
el miedo, la caída te salva, te sujeta… eso es el destino Almitra, a ti te sujeta, a otros les deja caer…
Suenan las fichas de dominó sobre las mesas, empieza
el juego…¿Cuál es mi ficha?
F. háblame de tu padre.
Nació en Francia, es abogado, estudió en Madrid y se
doctoro en Paris.
“L’araignee qui tisse sa toile” era el título de su
tesis.
Mauricio Cohen, mi padre trabajó varios años en la
defensa de una mujer con muchas vidas…Condenada por adulterio, de una familia
hebreo-argelina, casada muy joven, tuvo una niña, Malika era su nombre.
Su marido la repudio sabía que él no era el padre de
ese bebe, cuando encontró un papel con estas palabras.
“Adiós a la poesía en las paredes. A Dios
oremos en estas noches vacías. Este adiós es para ti Ventura. Adiós Ventura”.
Esta defensa de adulterio llevó a mi padre a descubrir
muchos hilos de la tela de araña.
También encontró un diario de reconciliación con la
madre.
Martes:
inmensas ganas de llorar. No puedo pensar, quiero evadirme, depresión.
Miércoles: Resurrección. Contenta, equilibrada, no
paranoica, sin dudas, soluciones y decisiones, ánimo estable, sin altas ni
bajas, sombra pájaros negros. Jueves: pensé en mi padre.
Viernes: contenta, activa.
Domingo: despedida, adiós. Ventura.
¿F. crees que la madre de Malika es Anna Laukkamen?.
No sé Almitra podría ser.
Que has hecho este viernes, todo parece tan
dormido.
He
ido a la playa, mojado mis pies en agua salada, he dejado mi corazón palpitar
con las olas.
De vuelta a las calles de la medina, el olor al cuz
cuz y canela, me ha abierto el apetito. He cocinado un tangine de berenjenas.
En una cazuela de barro se introducen pimientos verdes, ajo, perejil
y berenjenas, un chorro de aceite y sal al gusto. He ido al horno del
pan a dejar el plato, como hacían mis antepasados para el Sabbat con el
Tchoulend (tripas de vaca). Una pequeña diferencia mi plato es vegetariano, ja,
ja, ja.
Y tú F. Cohen ¿ qué has hecho este viernes?.
Ayer salí con unos amigos, bebimos un poco, me he
despertado tarde, he comido algo en la casa y ahora voy a conectarme a
Internet.
Yo me voy a la tienda de mi amiga.
Escucho música de Allá, sentada en una silla azul, me
caramelizo con mi destino.
F. Malika es la hija de Anna, estoy segura, es más la
conozco, trabaja en una tienda de ropa que diseña ella misma. Vive en Asilah
desde hace un año, aunque no es la primera vez que se instala en este pueblo.
Me voy al horno a comprar pan. Se enciende una luz
amarilla de una desnuda bombilla, mientras esperamos que los panes blancos,
elevados por la levadura madre se doren. Corre un aire fresco marino en la
tienda, oigo la lengua darilla fluir por las aceras, me hipnotiza, quiero
habla, tengo tanto que decir en estos viajes al Sur. Escucho música del Corán.
Hoy ha sido un día muy largo lleno de vivencias. No
puedo dormir F. llueve intensamente.
¿Por qué perdemos la fe? Tengo miedo de la venganza,
del despecho, de la violencia del hombre encadenado, de la frustración, de tu
ausencia. Dios protege mi alma descarriada.
“Y los Astros que sirvan para
dar luz a la Tierra. Y así fue.” Génesis, 1-14.
Estoy escondida, tengo otro secreto que contarte F.
El cuaderno que encontré la noche antes de emprender
el viaje, es el diario de una separación de un hombre que me maltrataba. ¿Qué es el miedo?
Como mujer me he sentido muchas veces maltratada por
los hombres. Lo masculino aplasta lo femenino. Cuando no tengo miedo, creo que
estas experiencias me han hecho más fuerte.
Almitra no entiendo estos comportamientos humanos,
como hombre me siento avergonzado de situaciones que me hacen parecer
energúmeno…
La Ley del Karma, confío en las leyes de la
naturaleza, donde las dan las toman
Como te dije antes mi vida es una aventura con dosis
de drama, amor y riesgo que te levantan cada día. Ha llovido intensamente toda
la noche. El astro sol ha salido.
¿Tomamos café?
¿Qué pasó con Anna F.?
Cuando llegó a Paris, tenía veinte años y una niña
preciosa, Malika, reina en árabe. Anna
llegó al despacho de mi padre con lágrimas en los ojos, a pedirle ayuda.
Después de diez años de repudio, su marido le hacía la vida imposible, quería
arrebatarle su bien más preciado, su hija. Decía que escapó del hogar conyugal.
Quería hacerle daño allí donde más le dolía.
Anna se casó a los quince años, vivía amargada hasta que conoció a
Ventura. Era voluntario de una ONG española en una escuela para mujeres y niños
sin escolarizar. Anna tenía unos ojos preciosos, negro azabache, un cuerpo
esbelto y firme, siempre quiso ser actriz, su padre frustró todos sus sueños
casándola con un judío ortodoxo que la obligaba a ocultar su pelo con una
peluca sintética.
El día que Ventura descubrió su melena, nunca pudo
olvidarla…Se vieron a escondidas durante un año, Anna quedó embarazada…su
marido sabía que no era el padre. Desde que conoció a Ventura, cada noche que
su marido la exigía sexo, ella como Sherezade le contaba un cuento.
A veces usó
somníferos que ponía en su bebida. Cuando escapó de Argelia su marido dormía
plácidamente, después de haber ingerido una sobredosis de adormidera. Al
despertar Anna y Malika estaba ya en otro continente. Durante diez años la buscó con una demanda de
adulterio entre sus manos que podría llevar a Anna a la cárcel, para el resto
de sus días y a Malika a Argelia con sus abuelos. Mi padre se entusiasmó con este caso. Hacía
años que se dedicaba a causas femeninas, desde la muerte de mi madre, era un
defensor de casos de maltrato. Poco a poco fue entrando en la tela de araña de
Anna …
F. es un milagro, Malika era mi amiga de la infancia, vivió apenas unos
meses en Asilah, éramos uña y carne, siempre estábamos una en casa de la otra,
teníamos el mismo pupitre en la escuela.
Mi abuela y su madre compartían recetas de cocina
hebrea. Anna cocinaba muy bien, ayudaba
en el restaurante de mis abuelos. También cantaba, tengo en mi corazón las
canciones que hablaban de amor y a mi abuela con su flauta travesera.
Un día llegó un hombre muy rubio con ojos azules,
Malika y su madre Anna se fueron sin despedirse. Ese hombre era Ventura.
Como una tela de araña nuestros destinos se van
tejiendo formando el puzle de la Historia. Sorpresas nos da la vida F. he
encontrado a Malika, fue mi amiga espejo de la infancia tenemos que contarnos
tantas cosas.
F. hay destinos encadenados, conociste a Anna?
Este viaje no tiene medida en el tiempo, el
pasado se mezcla con el presente y se proyecta en el futuro. La realidad es tan
difícil que a veces me siento confusa.
Almitra conocí a Anna, pero sobre todo conozco a Malika.
Me enamoré…
“Las olas me acompañan...desde que marcho mi
amada mi alma se balancea.
Entre jubilo añoranza y espera...todos los
poros de mi cuerpo están llenos de su esencia que me alimentará despacio
hasta el próximo encuentro... “
Están volando los Al batros,
enamorados van a Tánger. El sol entre nubes está amarillo limón.
Me enamoré de Malika el primer día que la vi, sus ojos
verdes mar me susurraban…como un cordero fiel sucumbí a las redes del amor.
Estaba parado con mi moto, cuando Malika me preguntó
dónde podía tomar un café, hablamos, la llevé a su casa, nos dimos la mano con
guante de cuero negro. Al día
siguiente la llamé, sabía que era ella…
“Coeur de lait” me siento con un corazón de leche,
blando, escurrido gota a gota.
Malika ha viajado por muchos
países, antes pintaba todos sus sueños…
Malika se marchó a Paris, allí fue nuestro último
encuentro, quería ser libre como un Al batro, ató sus cuadros, cogió sus
maletas, era pintora y siguió su camino.
Llegó a Paris, después de
ocho años de relación con F. Cohen. Diez mil pesetas y un rollo de cuadros
fueron sus maletas. Pintaba en Les
Halles, en el estudio de un amigo mecenas.
Vivía con F. en Madrid, trabajaban
y se amaban como el paso de los días.
Malika era insaciable, amaba
todo en la vida. Tuvo muchos amantes consentidos por su pareja. Una relación
estable y eterna no la interesaba.
Su vida era una corriente de
emociones que utilizaba en sus cuadros como inspiración continua.
Motivada por Frida Kalho no
cesaba de pintar autorretratos, necesitaba conocerse mejor.
Quería llegar al centro de su
esencia.
Cuando F. llegó a Paris,
Malika bailaba salsa con su amante. No quería perderla, pero ella era libre…en
una noche de tormenta rompió una relación de ocho años.
Tengo miedo no sé si podré contener mis sentimientos.
Han pasado muchos años, ella fue el amor de mi vida.
F. si quieres te dejo solo, Malika está en la
tienda. Yo me voy a casa estoy muy
cansada, soy pájaro…nos acostamos pronto.
…pienso en ti…duermo en la
cama con sábanas blancas, dónde estuvimos juntos en el último viaje.-La espiral de la vida. Tomé
un colgante al principio de este viaje que tiene grabada una espiral en un
trozo de metal y una bola amarillo-naranja con una cuerda toda vieja. Las
espirales son parte de los cambios
importantes en mi vida, África es el motor de todos ellos…Las espirales de
Salomón.
Me agarro cada día a rituales, los churros en el café
de Almanssia es mi preferido, aquí
escribo, me inspira.
¿Qué nos empuja al suicidio…?
Anoche se oían los llantos contenidos de una mujer, un
hombre la pegaba…
Hombres con gorritos de ganchillo y bigote, hombres
hablando solos…
Que une a chicos guapos y
jóvenes, con mujeres gorditas y maduras. El amor, el dinero. Que importa mientras haya unión…
Voy a abrir la tienda, Malika vendrá más tarde.
F. tendrás que enfrentarte a tu destino…
Ser protagonista de tu
novela, te permite dejar ataduras morales, ser libre como un pájaro, pequeños
rituales de supervivencia, los justos para sobrevivir. Antídoto a la locura.
Escape de la existencia...La
unión con los personajes es tan fuerte que forman parte de tu propia vida, son
tu familia, convives con ellos, comes, hablas, no estás solo.
Aquí sentada en
una silla roja de plástico, delante de un café y un paquete de churros vacio,
soy feliz, veo pasar el mundo, como un teatro. Me muevo del escenario, al patio
de butacas.
La vida me regala
actos que yo agradezco.
He abierto la tienda, los maniquíes en la calle,
tienen identidad propia.
Malika se retrasa y F. no ha venido al café
donde solemos desayunar. Creo que tiene miedo de encontrarla, o tal vez ya
están juntos. Sigo tejiendo mi vida. Inchaalla.
Domingo día de oración para los cristianos.
Encontré mis ancestros árabes y judíos cuando viaje por primera vez a
París.
Vivía en Barbes Rochechuard, barrio árabe por
excelencia. El mundo empezó a abrir sus puertas a un alma inquieta e inculta
como la mía. Que nos hace ser de una cultura o de otra, el lugar de nacimiento,
padres, países, etc. Elegí ser ciudadana del mundo, dejándome empapar de muchos
orígenes. Que nos hace diferentes, qué interés hay en separarnos cuando somos hijos de un mismo Dios.
Acabo de pasar por la puerta del sastre, su espíritu
es blanco, desde que le conozco veo a mi padre en él…Es un imán de la mezquita,
cose todo el día en su pequeño receptáculo azul.
Sus vestidos los viernes son más blancos.
Siempre que hemos convivido
juntas la tres culturas, nos hemos matado, a pesar de los pesares, llevamos
sangres mezcladas.
Malika, hija de madre judía, padre cristiano, tiene un
nombre árabe.
Casualidades o realidades. Las culturas se vuelven a
unir, como ríos que van al mar.
¿Salomón abuelo por qué te fuiste? ¿Qué te alteraba?
¿Qué fuerzas te movían por dentro? ¿Qué querías decirnos?
¿Qué es la Fe? Si se escribe con
mayúscula, tiene que ver con Dios.
Ha llegado Malika, cerramos la tienda, vamos a tomar
baisara. Somos hermanas espejo. ..
Espero en el horno del pan mi turno, camino con el
pelo suelto, vaqueros y gafas de sol de artista europea, soy una más entre
chilabas. Hace calor quiero bajar al desierto.
F. todavía no ha aparecido, se le abran pegado las
sabanas…
Veo que me has dejado sola atravesando los mares, bien
tengo otra sorpresa… He encontrado a tú padre, me lo presentaron ayer, es una
persona muy linda, su energía es luz, vive en Perú y se quedará aquí un mes.
Esta mañana he vuelto a encontrármelo en un
restaurante, es vegetariano como yo, me ha contado muchas cosas. Sabes que Anna
Laukkamen y tu padre fueron amantes.
Todos los años que estuvo trabajando en su tesis, tuvieron citas de amor. Por supuesto
conoció a Malika, mantuvieron correspondencia durante años.
He preguntado a tu padre porqué está en África, creo
que busca sus orígenes como todos.
Me ha dicho que se ha curado un
cáncer, cambió su alimentación y dejó de comer pan. Toda una revolución. También busca el amor.
Tú abuelo se
marchó de forma inusual, fue arrollado por un tren, existe alguna relación con
el suicidio, fue un accidente, llegó a las vías del tren consciente.
Muchas
preguntas sin respuesta.
Ya se están preparando las casas para el Ait (fiesta
del cordero), limpian las alfombras y hornean pasteles.
Y tú sigues desaparecido…Malika va y viene a la
tienda, está inquieta…
Estoy cansada, la tienda es una puerta al mundo,
quiero ver el mar, pisar la arena del desierto, ver amanecer en las dunas,
mirar las estrellas.
Llevo todo el día tejiendo, Almitra la
tejedora.
Oun Kalthoum me acompaña.
Escucho el mar.
Hoy he dormido arriba con las olas.
F. sé que estás
con Malika, ¿dónde? No lo sé, pero seguro que eres feliz…
Necesito viajar al sur busco la espiral, creo que
Reina y Neville pueden aclararnos muchas cosas sobre de la vida de
Salomón. Salomón y la reina de Saba.
Carta de Reina a Neville.
“Estoy dolida
de nadar en la nada, de no oírte…me siento sola de caricias y besos… solo tengo
el recuerdo de tus encuentros allí en el tiempo. Sabes que te quiero como a un
lagarto eterno…desde la Prehistoria… te espero en los rincones de mi alma,
cruzo el estrecho para besar tus huesos.”
Voy a Internet necesito un billete Madrid-Marrakech.
No sé dónde estás, ni con quien, espero que seas
feliz.
Si quieres acompañarme en el próximo viaje al sur,
vuelo a Marrakech para la fiesta del cordero, la luna llena, para conocer más
sobre Reina y Neville.
Un viaje de
amor a través del tiempo…
“Viajo al Sur a llorar...
Había alquilado una casa de barro quería pintar tantos sueños
escapando del destino llegué…
cita con vistas a las caritas romanas
paseos por la medina con la luna llena sardinas té pasteles...era feliz
salimos muy temprano, sopa de judías en Marrakech
fundidos con los sonidos del desierto
almas unidas en proyectos comunes
amaneceres en las dunas
atardeceres en los caminos
nuestras manos se unieron hasta pegarse nuestras bocas con los espacios de barro...
mi amado venia por las noches a mi habitación...desnudo entraba en mi cama como un Adán… Así paso.”
Había alquilado una casa de barro quería pintar tantos sueños
escapando del destino llegué…
cita con vistas a las caritas romanas
paseos por la medina con la luna llena sardinas té pasteles...era feliz
salimos muy temprano, sopa de judías en Marrakech
fundidos con los sonidos del desierto
almas unidas en proyectos comunes
amaneceres en las dunas
atardeceres en los caminos
nuestras manos se unieron hasta pegarse nuestras bocas con los espacios de barro...
mi amado venia por las noches a mi habitación...desnudo entraba en mi cama como un Adán… Así paso.”
F. sabes la persona que puede informarme de las
costumbres cuando vivían las tres culturas es mi vecino, el señor del pelo
blanco. Hoy me han contado que en la mesa de los cristianos no podías comer,
pero sí dormir, al contrario de la de los judíos, podías comer pero no dormir.
Estoy en la terraza de la casa barco, el mar es azul perla, corre un viento
cálido, tengo el pelo suelto, me siento en paz,
como si de un parto se tratara, descanso…
Me gusta la luz aterciopelada
rosa de la habitación.
He cocinado dejándome llevar por lo sencillo.
Dos caballas frescas, un fondo de aceitunas, verdes y
negras, un chorrito de agua, se tapa y se deja cocer por veinte minutos, puedes
acompañar con unas remolachas cocidas en rodajitas. Una receta sencilla, pero
exquisita, el sabor es autentico, puedo imaginármela en muchas casas de esta
medina.
Estoy en la tienda Malika vendrá más tarde, creo que
ella sabe dónde está F.
Voy a tejer.
He tejido toda la tarde. El señor del pelo
blanco ha pasado delante de la puerta tan elegante como siempre. Quiero
preguntarle por las tres culturas, creo que sabe mucho de las costumbres de los
judíos en Asilah.
Malika no ha aparecido por la tienda, creo que F. se
ha marchado. Me siento un poco sola y para colmo me he caído, con este golpe en
la sien estoy un poco mareada. Hoy duermo con las sábanas blancas. Los niños
juegan al futbol en la calle. Me siento tan bien en este pueblo, algo me sujeta
desde el más allá, no sé si es mi infancia o mi abuelo.
No he hablado casi nada de Irístia, mi abuela,
pobrecita era muy joven cuando dejó África. Con cuatro hijos, tres varones y Reina la más
pequeña, apenas dos años. Llegaron a Paris y se instalaron en Montmatre
en una habitación de veinte metros
cuadrados y un servicio compartido. Tenía algunas joyas de mi abuelo que la
ayudaron para alimentar a la familia. Mi madre Reina nunca la vio llorar, creo
que se le secaron las lágrimas cuando dejó el mar.
En el estuche de su flauta travesera, estaban las
cenizas del demiurgo Salomón. Nadie sabe dónde ha
ido a parar esta flauta.
Los últimos años de su vida los dedicó a
pintar Al batros de todos los colores.
Mi madre Reina heredó esta manía, también
pinta pájaros, pero esto es otra
historia…
Si Salomón era el Rey de los Judíos, Irístia merece
ser la Reina de Saba.
Querido F. estés donde estés, que sepas que el próximo
viaje que ya está cerca, tienes reservado el asiento del conductor.
Despierta Almitra soy tu
abuelo Salomón…
Tengo la sensación de que estás aquí salgo a las
calles a tu encuentro.
El mar está calmo, gris perla, te acaricia el
cuerpo.
Voy
a encontrar la casa de mi abuelo Salomón. Por alguna razón del destino hay una
casa en este pueblo que me atrae. Siempre he sabido que he vivido en ella.
Es una casa redonda y tiene un pájaro en la puerta.
Yo la llamo la casa del gallo.
Aquí vivían mis abuelos, tenían un pequeño local de
joyería y un restaurante, más bien casa de comidas y pastelería. El horno del
pan estaba en la calle de al lado, allí cocían los panes dulces trenzados, que
tanta fama tenían en la medina. Sus ingredientes eran conocidos, harina,
azúcar, levadura, sésamo, pero tenía un secreto que no desvelaba a nadie, creo
que era agua de azahar. Puedo imaginar que estos panes fueron prohibidos y para seguir con la tradición se adornaron
de frutas escarchadas de colores, con una sorpresa dentro, aquí tenemos los
roscones de Reyes de los cristianos.
Las relaciones
entre las culturas y la comida son muy interesantes. Los panes de mi abuelo se
llamaban “Los panes del Rey Salomón”.
Creo que mi abuelo era un Al batro, alma libre, como
yo, abierto a nuevos pensamientos.
Sus diseños estaban llenos de
espirales…
Estoy tomando café con churros, te echo de menos.
En la calle donde estaba la pastelería y el horno,
había colas para comprar los panes trenzados de mi abuelo.
Los fines de semana venían desde Tánger con coches de
caballos a llevarse los panes. Poco a poco dejó la joyería para dedicarse
exclusivamente a la cocina. Los
tres varones ayudaban a mi abuelo en las tareas del horno, los panes se
hicieron tan famosos que les atribuían propiedades curativas contra el
reumatismo, gracias a esa sustancia secreta que se convirtió en el maná.
Lo que más recuerdo son las tardes de Sabbat, los
sábados venían mis amigos de la madraza
a comer los pastelitos salados que preparaba mi abuela Irístia.
Malika con su madre Anna, y mi abuela con su flauta
travesera, canciones… bailes éramos felices.
Ellas se quedaron
apenas unos meses en Asilah, pero fueron muy importantes en mi vida.
Después de tantos años nos volvemos a encontrar,
Malika y Almitra, relaciones espejo.
Mi abuelo era muy querido en el pueblo, ayudaba a los
pobres, toda la comida que quedaba al final del día, se la repartía a los
hambrientos. También le tenían mucha envidia, llegó pobre y en cuestión de diez
años hizo fama y fortuna. No creo que fuera la envidia ni los celos el motivo de
su suicidio. Tengo que investigar más allá, llegar a los tiempos de la Reina de
Saba.
La casa de una amiga me ha transportado al pasado, un
pasillo central con cinco habitaciones alrededor, un tragaluz en el centro como
en las casas del desierto. Arriba una cocina con vasares de obra rematados en
madera pintadas de verde. Es una casa de origen judío que recuerda a casas de
los pueblos españoles.
He sentido a mi madre allí, será por el color verde…la
energía central de esta casa es lo que la sujeta.
La Reina de Saba hizo mil kilómetros a través del
desierto para ofrecer al Rey Salomón muchos kilos de oro, pagaba la paz entre
los dos reinos. Fue el destino quien les unió o fue el amor.
La ley de la atracción, también ocurre con las casas y
con los países.
Mi amiga restaura muebles, dice que llevan la
personalidad de los dueños.
De los pocos
objetos que me rodean, está la mesa de Frank y una cajita de piel de serpiente,
otra de cuero negro muy desgastado de mi madre, unas maletas antiguas con
fotos, diarios y carpetas con dibujos.
Con una vida de Al batro no es fácil tener objetos. Una simple mesa se
convierte en testigo de tu memoria, le pones un nombre, “la mesa de Frank”, con
todo lo que este simboliza… Cuantos secretos contienen los objetos, así como
las casas.
No es fácil investigar sobre el pasado, las personas se cierran quieren olvidar. No podemos olvidar los malos actos.
Vuelvo a las montañas dentro de tres días, al nido de piedras, emprendo un nuevo viaje al Sur, todavía no sé si sola o acompañada.
Desde que he sacado el billete, ya no estoy aquí, quiero respirar en el desierto efímero, seguir los pasos de Reina y Neville.
“Viaje de vuelta, pegada a su carne hasta el otro continente
donde desapareció en la noche tras el humo del autobús...”
donde desapareció en la noche tras el humo del autobús...”
Miro el mar cada mañana, como un reloj, me levanto,
azul, gris, calmo.
Al batros, palomas, pájaros pequeños negros, chimeneas, con horizonte
infinito, lloro. ¿Quién soy?
Ruge el mar como un león. ¿Qué
pasó abuelo con tu alma?
Tu padre me recuerda a mi abuelo Salomón. Ayer entró por la ventana de
la cocina, un gato a comer los restos de pescado de la basura. Era mi abuelo,
su espíritu. Los animales nos hablan, el mar, las
montañas, son seres vivos.
Que calmo está todo desde las azoteas. La brisa trae el olor de las dunas.
Bandadas de pájaros cruzando el Atlántico.
“Cantar de los Cantares”
Dicen que mi madre Reina venía al café Almanssia, como
yo con un cuaderno, creo que era su diario. Que yo sepa era artista, vivió en
Paris y largas temporadas en Marruecos. Todavía
quedan restos de sus pinturas en las calles de la medina de Asilah,
Reina estuvo un verano en la casa azul, pintó pájaros en sus muros, estaba
enamorada de Neville, un escritor inglés.
Fueron amantes, en la maleta de diarios de mi madre
había, muchas poesías testigos de ese amor.
Me voy a comer los churros que se me enfría el café.
“Reina llegó a Tánger desde los mundos extraños de su Universo
perdido. La amante, la soñada, la errante serpiente dormida. He surcado
montañas, te siento, me confieso descalza en tu almohada, te quiero sin
máscaras, como en las calles de la medina, volando sin rumbo, caracoles
afrodisiacos en las noches africanas.”(Diario de Reina)
Reina la hija pequeña de mi abuelo Salomón y mi
abuela Irístia fue una niña buena y
mimada. Tenía un espíritu libre,
hablaba con los animales sobre todo los pájaros, los pintaba allí dónde iba, se
convirtió en una obsesión, al igual que el abuelo con las espirales.
Y al igual que su amor por Neville.
“quería desaparecer de este mundo, solo la idea de
ser nómada
de escapar con una cabra al desierto me reconforta
he llorado tu ausencia, el apego, la adicción a ti, me he superado
¿cómo? Pintando…
He ido a la cueva me he escapado de mi vida...
he renacido una vez más...sí te quiero todavía
tú me quieres a tu manera, quizás una nube, un pensamiento, un enfado
no quiero sufrir por amor… que ilusión.
He trabajado mucho ya te enseñaré
puede que estés en el desierto, ámalo por mí
yo estaré en la casita azul...pronto
amando al mar… ungiéndolo con ambrosia
de escapar con una cabra al desierto me reconforta
he llorado tu ausencia, el apego, la adicción a ti, me he superado
¿cómo? Pintando…
He ido a la cueva me he escapado de mi vida...
he renacido una vez más...sí te quiero todavía
tú me quieres a tu manera, quizás una nube, un pensamiento, un enfado
no quiero sufrir por amor… que ilusión.
He trabajado mucho ya te enseñaré
puede que estés en el desierto, ámalo por mí
yo estaré en la casita azul...pronto
amando al mar… ungiéndolo con ambrosia
Me imagino que el suicidio de tu padre te deja huella
para toda la vida. Perdida buscando los porqués, te sientes culpable, al mismo
tiempo que le odias. Reina era muy pequeña, pero la pena se quedó en su
memoria.
Mi abuela Irístia abandonó la fe y la religión, no
transmitió ningún rezo ni fiesta judía a sus descendientes, como un castigo
Divino se hizo atea.
Fue en los viajes a Marruecos dónde Reina empezó a
sentir sus raíces hebreas, sobre todo en el desierto.
“…bailo en tu
corazón y tú en el mío
quiero restaurar la casa del padre Salomón,
tocar la tierra de tu alma hebrea
sencilla lluvia…en el desierto tapiales infinitos levantados…barro y
paja
besos y abrazos templados por el sol de
invierno
agua en el cauce del río Draa… Volverán los
cocodrilos…
Nuestros
corazones abiertos descansan en el desierto.” (Diario de Reina)
Su primer viaje fue conmigo, yo tenía diez años, no
recuerdo mucho ese viaje, solo algunas referencias en sus diarios. Hizo otros
viajes con Neville.
Carta de Neville.
“el sol
empezaba a declinar por el oeste, el mar ahora quieto sin apenas ondulaciones
se asemejaba a un espejo impoluto donde nuestras almas vacías se reflejaban,
limpias de desasosiego luchaban por iniciar una nueva vida.
Sentíamos
en nuestros pies la fuerza creadora de África, el sol en su último rayo nos
inspiró alegre sinfonía de renovación.
Europa nos
oprimía, con sus convencionalismos, con sus esclavitudes económicas, con su
mediocridad y arrogancia.
Nos miramos
a los ojos, nos sentimos capaces de cambiar el mundo, de romper los lazos con
nuestro pasado. Sin palabras le besé suavemente por toda la cara, su
cuello delicioso, nuestras manos muy apretadas se soltaron, y juguetonas
acariciaron nuestras espaldas mientras nuestras bocas se unían. La quité la
camiseta y el sujetador, la besé suavemente los pechos, sus pezones erectos,
mis dedos delicados se perdían entre sus piernas, la excitaron, mi lengua
siguió viajando por su maravilloso cuerpo desnudo hasta saborear sus entrañas.
Reina jadeaba, volaba mágicamente entre las nubes, deseé como nunca
hacerla feliz, penetrándola solo pensaba en su gozo, murmuraba hermosas
palabras de amor, sórdidas palabras de sexo. Dentro de ella la oí gritar mi
nombre, se deslizaba por un maravilloso mundo de sensaciones, todo su cuerpo
vibraba, amaba, me deseaba, aminoré el ritmo. Fantaseé sobre la casa, nuestro futuro, viajes
por el desierto, su nuevo taller, nunca volveríamos a Europa, la apreté contra mí,
jamás me separaría de ella, una inmensa felicidad me invadió, deseé hacerla la
mujer más feliz del mundo, disfruté excitándola, mi cuerpo ya no me pertenecía,
era suyo. Su cara pletórica de gozo susurró palabras de amor, era todo placer,
henchidos de un verdadero sentimiento de amor, prometimos que nunca
dejaríamos de soñar juntos...”
Neville W.
Mi
madre sentía una atracción ancestral por el desierto, buscaba mensajes en las
estrellas, los pájaros le hablaban, las casas de barro la acurrucaban. Habla en
sus diarios de una casa, Dar Malika, dice que era la casa de sus sueños.
“Tengo ganas
de ti de tu sed…de tu agua, desierto abre las puertas a mi alma, sentada en la
arena donde las palmeras se juntan para dibujar el horizonte te espero…cielos
azules llenos de estrellas gracias…”(Diario de Reina)
Hace un día precioso, el sol cálido y tierno, he
dormido muy bien, este clima me consuela, soy feliz. Sentada en la silla azul en la
calle de la tienda, soy etérea, veo los
niños que vienen de la escuela.
Fui con mi madre y mi hermano al desierto en un coche
pequeño, negro y descapotable. Su alma quedó enterrada en la
arena, pero su cuerpo está en el cementerio judío de Marrakech. Pasó los
últimos años de su vida en la ciudad roja pintando pájaros hasta el final de
sus días.
Tenía un restaurante-galería en el Mellac, cerca de la Sinagoga, volvió a sus
raíces. La casa era muy grande con un jardín de palmeras y buganvillas. Reina
se reconcilio con sus tradiciones hebreas, aprendió su cocina y celebró sus
fiestas.
El restaurante
se llamaba Balkis, en homenaje a la Reina de Saba.
Fue Neville quién enterró a mi madre, también llevó la
espiral del abuelo al desierto.
Me gustaría
encontrar esta joya, estoy segura que tiene un mensaje de Salomón…
La cocina es el arte de mezclar los sabores con la
historia. Platos salados, dulces, prohibidos, recetas escritas, boca a boca
trasmitidas de madres a hijas. Poesía de paladares. Tener mano.
El sastre blanco sale a rezar a la mezquita.
Soy pájaro inquieto quiero llegar al nido, reponer
fuerzas para emprender el siguiente viaje.
La estrella de seis puntas de la cultura hebrea, he
visto la casa con la estrella judía, es una ruina preciosa, una puerta de medio
arco con una estrella de seis puntas. Tengo que hacer una foto, le voy a
preguntar a Mauricio, seguro que me acompaña. La estrella de cinco puntas de
los musulmanes, también las ponían en las casas. Puedo suponer que las estrella
de los cristianos es la cruz, que es una estrella de cuatro puntas o podría ser
el triangulo que es una estrella de tres puntas.
La espiral de Salomón quizás tenga un misterio oculto.
Simbolismo de la existencia. Objetos con historias, cuentos y leyendas. Mensajes
subliminares de otros planetas. Quien somos, a donde vamos, de dónde venimos. Enigmas
universales.
Hace un año fui al cementerio judío en Marrakech, tome
una baisara, empecé a llorar sin causa alguna, solo lloraba, estaba sola,
rodeada de energía…
Ahora sé por los diarios de mi madre que está allí
enterrada, pondré piedrecitas de amor sobre tu tumba.
El próximo miércoles te lo prometo que llevaré tus
piedras que he encontrado en la playa del pueblo dónde naciste.
El amor es una energía sin
límites, sin espacios, viaja a través del tiempo, entre continentes.
El abuelo Salomón no se conformó con ser rico y
famoso, tuvo que transcender, ir más allá de lo conocido. Pero me pregunto para
qué, a dónde nos quería llevar.
Estoy nerviosa quiero saber más. Quiero salir del
laberinto.
Me regalo una puesta de sol amarillo dorado. Quiero
arrancar la realidad de mi corazón. Cuando el alma está herida te desgarras por
dentro, delante de mis ojos en el otro lado del espejo, está el mar brillante,
limpio, maravilloso, a este lado estoy yo con mi alma inquieta. He ido con Mauricio a ver la puesta de sol,
tenía que hacer un masaje estaba nervioso, he vuelto a la casa y desde la
terraza he mirado el cielo con nubes naranjas
dibujando el infinito.
En casa de mi amiga, la restauradora, hay tres
tuberías donde llega el agua de lluvia que va a parar a un aljibe. Está
arreglando unos muebles que compró desvencijados y llenos de barro, para la
casa judía. Me ha invitado a cenar, berenjenas en tempura.
Almitra atrapa el tiempo en
cada viaje para no morir.
F. dónde estás, te echo de menos, me quedan dos días,
voy de vuelta a las montañas, descanso apenas unas horas, vuelvo al Sur, al
desierto, a las arenas calientes, a los dátiles, al amor…
Encontré esta canción “Vuelvo al Sur” de Piazzola, en
las maletas de mi madre. Su letra me encanta, habla de amor al Sur…”Vuelvo al
Sur, así como se vuelve siempre al amor, soy del Sur…
De momento sigo con el ritual del café con
churros.
Seres anónimos en sillas de
plástico.
Qué nos hace inmortales…la
fama, la fortuna, la herencia, la raza, el orgullo. La inmortalidad del Alma.
El amor. Mortal e inmortal.
Cuando desaparece el tiempo
nada permanece.
Salomón es inmortal está en la memoria de la historia.
Hay personas que viven dormidas y otras que las despiertan.
Todos
llevamos nuestra locura a cuestas.
Qué nos hace
seguir…la espiral…el laberinto.
Somos seres tejedores de historia.
Perdidos en el laberinto…morimos. Nuestro espíritu busca otra espiral,
células en movimiento, casi invisibles dentro del Universo. Tantos mundos
dentro de un mundo.
Siento morriña
F. espero compartir el próximo viaje. Me
imagino que el encuentro con Malika te ha movido por dentro. Encuentros y
desencuentros.
Gracias por crearme, me siento realizada, me han
hablado los ancestros…
La fiesta del cordero es una tradición tan antigua
como los Reyes Magos de Oriente de los cristianos. Tres mil dirhans cuesta un
cordero, tanta carne tan costosa.
Me gusta que en la India no se coman las vacas. Cuando
dejemos de comernos los unos a los otros se acabarán las guerras. Grandes
pensadores eran vegetarianos.
Phoenix ayúdame a levantar las alas. La realidad supera la ficción.
Tengo que separar mis emociones Plutarcas, como en el
“Cantar de los Cantares” lo hacían
Salomón y Sulanita.
Vivimos, morimos, amamos, nos
perdemos. Somos seres con energías paralelas buscando
nuestros destinos espejo. Como una
burbuja me muevo…
El mar me llama.
Me voy tranquila dejo el hijo instalado, tiene un
nido.
Dejo África, mis ancestros me han hablado,
estoy más tranquila, han sido días
intensos.
Rituales que me alimentan, amistad, amor, mar, puestas
de sol.
Recibo un corazón de plata de una amiga, entrega que
agradezco a la Diosa Ventura.
Amanece, los almuédanos gritan tu nombre a la luz de
la luna…la llamada a la oración me cautiva, me da paz.
Otra casa judía
en medio de la medina, junto a la muralla, su centro lleva agua. Aljibes, úteros, refugios con memoria. La gata
del pintor vive en la casa, cuando está preñada entra a parir. Seguro que lleva
el espíritu de algún morador de otro tiempo. Mi amiga es murciana, hermana de
Ibn Razin al Tugibi, de madre judía, desentierra sus raíces.
Frente a la casa de mis abuelos, pienso en Irístia…con
cuatro hijos y una flauta, enterró el pasado y a ella misma en Montmatre.
Paris, grandes pintores, mi abuela se adaptó rápidamente, cambió la flauta por
la pintura, hacía retratos, tenía un don…posaba para pintores que se hicieron
famosos. Irístia aparece en los primeros cuadros de Picasso, “la
mujer que plancha” es mi abuela,
encontré una foto en las maletas de mi abuela Reina. Nunca se volvió a casar pero tuvo
amantes…quería olvidar a Salomón.
Sus hijos varones se instalaron en Israel y Reina
siguió los pasos de su madre, estudio Bellas Artes en Paris, se casó con un
afro-americano y se trasladó a Nueva York.
Cuando la realidad supera la ficción, todo se
balancea, nos sentimos atrapados en vidas paralelas. Un hilo conductor nos
sujeta, como cometas, volamos sin rumbo. Citas en las esquinas.
Me despido de este pequeño pueblo, soy Almitra, mi
corazón late, adiós mar.
No puedo reprimir mi ansia de ti.
Voy al desierto… camino al amor.
Encontré estas palabras en un diario de mi madre
Reina, escrito por Neville.
“Amaba
Tánger al mismo tiempo que le amaba a él.
Le seguía
como un pájaro sin nido.
Amores
prohibidos de novela amparados por la historia.
Hola y
adiós en el puerto abrazos en la medida que el tiempo nos dejaba
El era
escritor buscaba información para una novela.
Yo su
amante y musa inspiradora.
Mil y una
noches nos acompañaron.
Trescientas
lunas encontraron nuestras almas
un amor
fortuito lleno de originalidad y sueños.
Después de
un tiempo epistolar nuestro tercer encuentro fue en Tánger.
Me había
pasado la semana en vilo nerviosa por su llegada
recibiendo
mensajes a través de las olas,
llegó como
el verano de repente…
caliente
como un caballo en celo a mi cama.
Como
despedida una actuación directa del decrepito paso del tiempo que nos regala el
teatro Cervantes.
Su
escenario lleno de sillas rotas polvorientas
testigos
de operas sublimes.
Como un
murciélago recorrí los palcos abandonados
mirándole...
disfrutándole...
mi amado
buscaba al zorro amante secreto de Juanita Narbona
yo el
amor...
llegando a
casa encontré sabanas y almohadas llenas de su olor
me puse su
chilaba blanca
y en la
misma cama donde la noche anterior
fuimos
carne uno del otro hasta saciar nuestro instinto...me dormí.”
Robaban el amor a los años o al tiempo. Como Al batros
de almas libres, no querían casar sus destinos. Su idilio como el “Cantar de
los Cantares”, su amor una aventura.
Neville estuvo con Reina hasta el final de sus días,
no como mi abuelo… Reina
estaba enamorada, Neville se dejaba querer. Todavía recuerdo a mi madre en la terraza de
la casa barco, mirando el mar, hablando con los pájaros, le traían mensajes de
Neville a través de las olas, las mareas y el viento. Su amor era etéreo y mágico… ¿Es un último acto?
Somos islas flotantes en
diferentes mares.
Tú tienes palmeras, yo estoy desierta desde que te has ido mi vida ha dado varias vueltas
ahora estoy perdida...en un pozo sin fondo, caminando hacia el abismo tengo miedo
no sé a dónde ir...solo tengo lágrimas.
Tú tienes palmeras, yo estoy desierta desde que te has ido mi vida ha dado varias vueltas
ahora estoy perdida...en un pozo sin fondo, caminando hacia el abismo tengo miedo
no sé a dónde ir...solo tengo lágrimas.
F. he visto a Malika en una fiesta
Guinawa, en casa de mi amiga restauradora, hemos bailado hasta hartarnos.
Mañana inicio el viaje de vuelta.
Llevo tanto tiempo pensando en el suicidio, como mi abuelo Salomón.
“Solo se va quien es olvidado”
Mi familia olvidó por vergüenza al
abuelo Salomón.
Yo quiero recordar, al que daba de
comer a los hambrientos, al sanador, al joyero, al suicida.
Yo, Almitra, joyera, restauradora, te
invoco a salir del anonimato.
Con esta luna nueva creciente dejo
Iberia para volver a África. Cogeré un
pájaro metálico hasta Marrakech.
Me despido de este pueblo, de este
viaje y de esta puesta de sol espléndida.
¿Qué es la vida? ¿Qué es la muerte? Un gatito blanco
agonizando, acaba de ser atropellado.
Viajo al Sur, ciudad roja, cementerio judío, encuentro
con la madre Reina.
Cena con amigos, auténtica mesa sefardí. Ajvar, paté de berenjenas y pimientos, ajo y
aceite de oliva. Me imagino a mis abuelos preparando el Ajvar a mano y en mortero.
Me pregunto por qué Reina, eligió la ciudad roja para instalarse, que la
llamaba, que encontró, que la hizo enraizarse.
Mi madre al contrario de mi abuela Irístia, no quería olvidar, buscó a
sus antepasados, se hizo Reina. También llevaba una sortija de cobre con forma
de corona, como llevaba tu madre, F. será una señal? Ambas eran hebreas, seguro que se
esconde un secreto, buscaré en los
mercados.
Tengo una sortija de cobre que me acompaña en cada
viaje, la compré con mi hija en Asilah. Me da buena suerte, es curativa contra el
reuma, como los panes de mi abuelo Salomón.
Estoy inquieta en la ciudad roja, no sé que voy a
encontrar en este viaje al desierto, mis ancestros me hablan, tengo miedo a
perderte.
Rodeada de
tumbas y palmeras. Tengo una cita con el destino.
Reina y Neville querían ir al desierto… para enterrar
su amor. Sería su último viaje.
Sus encuentros clandestinos llenaron años en sus
vidas.
Carta de Reina.
“Hicimos el amor sin penetrarnos sentido hablado
susurrado soñado de antes de siempre…desnudos sin pudor viajamos agarrados de
las manos nos elevamos al cielo y tocamos las estrellas, mis pies se hundían en
las dunas, palabras eróticas surcan mis caderas me enciendo, me muero, te
siento desde entonces antes de la hamada cuando el Draa era mar salado, me
abrazas desde la orilla hasta dentro, transformo el amor en poesía…”
. El Acas de sus conciencias se
movía como un torbellino.
¿Qué te impulsa a realizar un último viaje? ¿Qué te lleva al desencuentro?
¿Qué ánimo te sujeta para no caer en los abismos? ¿Quién te salva de la
locura?
Estoy nerviosa F. necesito hablarte, mirarte a los ojos, que
me acompañes.
La
nobleza del alma cura nuestras heridas.
Hace años la casa de mi madre Reina
se quemó por una cocina de gas. Mohamed el actual propietario nació aquí, sus
padres eran del Sahara Occidental, se la compraron a una familia judía, claro
está que es Reina quien vende esta casa a la familia de Mohamed. Eran
herboristas y médicos de sueños.
La casa rodeada de cigüeñas nos acoge con una paz de
antes, que se transmite de generación en generación.
La pira de Salomón, se une a la pira de la casa. Nos
elevamos como el humo de las pipas de
kif.
Mellach, el barrio de la sal. Los judíos traían la sal
del Atlas, para curar las heridas del alma.
Madre, he dejado cinco piedras del mar, encontradas en
el pueblo dónde naciste, están sobre tu tumba.
Te agradezco tus sacrificios de mujer buscadora de
raíces ancestrales, libre como Al batro y elevada como la ceniza. Te fuiste
como el viento.
Estás vestida de negro, te quiero.
F. ya sé quién era el pájaro negro que se posaba en mi
cuerpo desnudo, era Reina, mi madre.
Junto a la tumba de Reina, está la de Raquel Cohen,
una niña que apenas vivió diez años. Tengo una intuición extraña, creo que
Raquel murió quemada en la casa de Reina.
He descubierto las estrellas de ocho puntas, en la
casa de mi madre. El hexágono, dos cuadrados superpuestos, la doble perfección.
Toda la noche han ladrado los perros, el rey del fuego
enciende un cigarro. A dios ciudad roja, camino al desierto y al encuentro.
Invoco al chamán a confesar… que pasó en casa de
Reina, que le pasó a Raquel.
Tengo una cita con F. en la puerta Bab Agnou, vamos al
desierto. Creo que tiene que contarme que pasó en Marrakech.
Sentada entre
tres arcos, rodeada de nidos de cigüeña, como
un nacimiento, arcos esculpidos en la piedra, quinientos años atrás.
Huele a miel y a azahar. Si no fuera por las moscas que me acribillan las
piernas, todo sería perfecto.
F. salimos al desierto desde la puerta. Porqué estamos
conectados? ¿Qué lazos existen entre nosotros? Que nos identifica? Por qué nos
une el destino?
Mabrouka.
La espiral y la montaña corazón me saludan,
gracias.
F. eres mi guía, ambos buscamos nuestras
almas.
Yebel Kissane nos recibe con un tornado que ha levantado todas
las bolsas de basura al cielo, como si fueran estrellas.
Piedras volcánicas como puertas que abren caminos. F.
estamos llegando a casa.
Ha sido un viaje muy corto, hemos hablado mucho de
Reina y de Malika, ambas vivieron parte de sus destinos en el desierto.
La última vez que Reina viajó con Neville encontró la espiral de Salomón en Dar Malika,
leyó el mensaje de su padre.
F. has vivido aquí con Malika, fue tu gran amor… Encuentros
y desencuentros del destino.
“La puesta de sol me llena el alma
el sonido del mar mi espíritu
tu recuerdo mi corazón
que mas pudo pedir para ser feliz
mi casa barco se mueve entre las olas buscándote...”
el sonido del mar mi espíritu
tu recuerdo mi corazón
que mas pudo pedir para ser feliz
mi casa barco se mueve entre las olas buscándote...”
Desde hace un tiempo Reina no se sentía amada por
Neville, él la acompañaba, pero no la
amaba. Era parte de sus proyectos más deseados, compartían historias, libros y
sueños, pero Neville no la amaba. Ella empezó a sentirse triste, con una
tristeza profunda que la quemaba por dentro.
Este último viaje sirvió para enterrar el amor de
Reina entre las dunas, no volvería a ver a Neville, hasta los últimos días de
su vida, pero esto es otra historia…
F. has vivido
aquí con Malika, fue tu gran amor…
Malika vivía en
un Kasar muy pequeño del Sur de Marruecos, frente a un rio…su casa como un nido
de barro, era pintora. Pasaba largas temporadas en este pueblo, la inspiraba la
nada y el silencio. Dar Malika, como llamaba a su casa, se asomaba atrevida a
las dunas del desierto.
Almitra , yo estaba fascinado por esta mujer, la
observaba desde lejos, sus movimientos como los de un pájaro, se clavaron en mi
corazón. Las noches eran mágicas, nuestros cuerpos permanecían juntos como
granos de arena, mis manos la tocaban, ella respiraba amor por sus poros. Su
carne era mi carne. La felicidad me hundía en abismos por esta criatura divina,
estaba enamorado hasta el tuétano.
Malika era una serpiente
escurridiza…
Arropada entre el barro,
lloraba, se desgarraba, Reina quería morir, buscaba la serpiente en Dar Malika,
para no ser engullida. Los pájaros la hablaban, la consolaban, Reina no llores
que la vida es larga…
F. aquí sentada, en esta casa, dónde se sentó mi madre
Reina y Malika, tu amante, me emociono, las lágrimas caen por mi tela morada,
lágrimas de serpiente enamorada, invadida por las historias de otros, amar sin
ser querida.
Almitra llora hasta llenar de
lágrimas el rio Draa.
Llora tanto que los pájaros
alborotados cantan…
Sentada en las ruinas de la casa de mis sueños, me
despido.
Tengo ganas infinitas de desaparecer, caminar a las
dunas, enterrarme…
Dicen que han visto una serpiente en las ruinas de Dar
Malika, es un alma encarnada que habita en sus muros eternamente… Aquí dejaron
su alma, mi madre y Malika, yo dejo el amor.
Almitra no llores, limpia tu cuerpo por los nuevos
caminos, no te pares, sigue, tienes tanto por descubrir, la vida está llena de
sorpresas. Déjate llevar por las corrientes, anda no tengas miedo. Usa tú
mayéutica.
Cuando vine a ver a Malika a este pueblo perdido, mi
alma estaba triste, quería ser libre, no atarse al amor, yo la adoraba, no
entendía el por qué de su desapego, quería poseerla en contra de su voluntad,
atarla a mi cuerpo para siempre. Ella como una serpiente se deslizó por los
muros de barro y se fue a las dunas.
Allí dejé a
Malika...
Entiendo cómo te sientes Almitra, este viaje para mí
también es importante. Me mueve por dentro, tenemos los dos que colocar muchos
sentimientos. Inchaalla.
Almitra, si nos invade el miedo, perdemos la esencia.
Entre arena, muros de cemento y tarajales, esto es lo
más parecido a la nada que conozco.
F. estoy en mi soledad, mirándome por dentro. Estos
espacios infinitos me conectan con lo telúrico, me siento pequeña, también mi
pena.
Soy Almitra, un pequeño ser en esta
inmensidad.
Troncos secos de palmeras de otros tiempos, aquí sentada en seco rio, es
dónde existo… Me mimetizo con mi esencia animal, soy
pájaro o serpiente.
¿Reina dónde estás? ¿Qué buscabas en este desierto? ¿Por qué llorabas? ¿Quién era Raquel? ¿Encontraste la espiral? La serpiente dormida es la espiral.
Malika vino a buscar la
serpiente, encuentra la espiral del abuelo Salomón.
F. ya sé porque mi abuelo se suicidó.
La espiral tiene un mensaje grabado por la parte de atrás…”para salvar tu descendencia tienes que
hacer una pira hasta encontrar la serpiente”.
El abuelo se quemó, hizo su pira, Raquel murió en la casa de Reina, también hizo su pira. Malika encontró la
serpiente en su casa del desierto, sacrificando su amor… Neville
volvió para enterrar a Reina junto a Raquel, en el cementerio judío de
Marrakech.
Raquel era la hija de Neville y Reina, mi hermana que siempre he
buscado…
Y yo F. que hago aquí, ya he conocido el porqué de
tantos sacrificios.
¿Que he venido
a buscar, la espiral del deseo, la serpiente o el laberinto?
¿Qué soy para ti F.?
Al otro lado hay un
camello blanco. Me tumbo en la arena, dejo que el aire barra mis
heridas. Tengo un príncipe encantado a mi espalda, el camello blanco me dice, “vienes en busca del amor…”
El amor a la nada, si me pica un escorpión, voy a la nada, sentada en la
arena estoy en la nada. Soy nada F.
Anoche viajamos con las estrellas.
El final de la espiral es el principio...
ResponderEliminarMalita ahí va mi correo. Pilarsommar910@gmail.com
ResponderEliminarHe pasado una magnífica tarde leyéndote.
ResponderEliminarEmpecé por Mauritania,y acabé volviéndolo a leer.Me gusta lo que escribes.
Sigo sin recibir tus correos.
Abrazo desde la campiña cordobesa