Sol dormía la siesta en un camastro fabricado
por ella misma, de espuma rosa que había doblado tres veces y grapado a un
catre de madera. Llegó a una casa desvencijada de ladrillo
visto, dónde arregló los cimientos de su alma.
Perdida y cansada hacía tiempo que no paraba
de volar de un lugar a otro. Desnuda en un
mundo hostil.
Como gaviota marina sin raíz, de desierto en desierto había encontrado un
agujero para esconderse. Practica el anonimato para vivir.
Sol se dejaba acariciar por las mareas,
esperando ser hallada. Caminaba entre bígaros, alimentándose de la brisa.
Muchas puestas de sol la acompañaban…sola en
el mundo…acariciada por el olor del mar.
Llenaba su casa de velas blancas para sentirse
amada. Se sienta frente al
mar al fresco de la noche y las plantas de la vecina.
Sol pertenecía a una de las familias de alcurnia. Su
tatarabuelo traía cera para fabricar velas en grandes caravanas desde el Atlas. Su infancia transcurrió en la gran casa
familiar, frente al mar, un horizonte azul, las puestas de sol y la
restricción.
Sol encalaba todos los años por primavera,
como antes lo hacían su madre y su abuela. Cargaba con esa responsabilidad ancestral
de mantener la pureza a los ojos
extraños. Cal para
limpiar las almas.
Su familia siempre dio mucha importancia a la
castidad…
Sol fue una pecadora. Muy joven se enamoró de
un inglés que alquilaba una habitación en la casa de sus padres. Era profesor
de la escuela española y durante su estancia que duró un año, mantuvo
relaciones a escondidas con la bella Sol.
Tenían varios rincones para disfrutar de su amor prohibido. Su preferido
era la terraza, rodeados de palomas mensajeras, se hacían el uno paro el
otro. Sol tenía 16 años cuando se quedó embarazada.
Como una marea alta su criatura desapareció,
nadie sabe cómo se produjo el aborto. Sol se mantuvo en
la tristeza durante muchos años. Se convirtió en espíritu. Vestida de
blanco inmaculado recorría las estancias de la casa.
Vivió su duelo y nunca perdonó a
su madre. Sabía que era la
culpable. ¿Qué magia utilizó para el delito?
Seguro
algún brebaje de los que le habían dado
fama de bruja.
Todas las casas esconden secretos, Dar
Albaida, como se llamaba desde los
tiempos de la fabricación de velas, no era una excepción.
Cuando Sol encalaba la casa limpiaba su alma,
al mismo tiempo que perdonaba a su madre.
Se casó con un primo lejano que residía en
Argentina. Quería escapar... Un nuevo continente, otras costumbres, otra
luz la hicieron cambiar.
No tuvo más hijos, pero trabajó en muchos
proyectos.
Su marido fue una buena persona. Sol se quedó
viuda muy joven.
Se ocupaba de una escuela para niños pobres. Había conseguido su estabilidad, dejando atrás su pasado.
Un día recibió una carta de África. Su madre
había muerto, Sol había heredado Dar
Albaida.
No le costó mucho trabajo preparar su equipaje
y coger un barco que la llevaría al puerto de Tánger.
Como
inspiración divina, Sol entró en la casa familiar con un espíritu blanco. Llenó las
estancias de velas, dando luz al espíritu de su bebe. Aquí pasó el resto de
sus días, junto al mar. Sola en su soledad…feliz.
Sol convirtió Dar Albaida en Dar Solidade,
dando cama y comida a muchas almas
errantes.
Sol viaja en el corazon de la amistad, gracias
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